«Posturas inadmisibles» y un «plan inviable» arrastran a Atunlo a la bancarrota definitiva

El rechazo de casi un 40% de los acreedores a la propuesta de convenio fuerza su liquidación

La quiebra deja en el aire el futuro de Pernas y Centro Loxístico de Vigo y obliga a la armadora Inpesca a buscar nuevo socio comercial

Exterior de la factoría de Atunlo en Cambados, la más intensiva ahora en empleo

Exterior de la factoría de Atunlo en Cambados, la más intensiva ahora en empleo / Iñaki Abella

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

No existen los milagros en un campo de batalla, que es en lo que se había convertido Atunes y Lomos (Atunlo). Con la dirección divorciada de la armadora Pevasa, con refriegas indisimuladas contra su socia Inpesca, apartada de la rentabilidad en un mercado que le fue dando la espalda. De nada le sirvió el fichaje como accionista de otra pesquera, la panameña Marpesca Europa, para contrarrestar los daños colaterales de tanto estruendo. Se acabó. Este jueves se consumó una realidad obstinada: Atunlo no tenía la confianza de una mayoría suficiente de acreedores. No fue capaz de convencerlos de que valía la pena una quita del 70% en sus deudas, aún asumiendo que era un «sacrificio importantísimo»; de que esperar ocho años para recuperar algo de su dinero sería rentable, incluso a medio plazo; de que su proyecto era una opción mejor que el de la venta de los activos por partes. Atunlo, como avanzó en primicia FARO en su edición digital, irá a liquidación. Su bancarrota, que como grupo se ha producido por fascículos, supone el mayor golpe a la estructura industrial pesquera gallega desde el adiós de Casa MAR, hace casi cuarenta años.

Empresas Frigalsa y Atunlo instaladas en la antigua nave quemada de Freiremar, en Jacinto Benavente (Vigo)

Empresas Frigalsa y Atunlo instaladas en la antigua nave quemada de Freiremar, en Jacinto Benavente (Vigo) / Marta G. Brea

Las posiciones entre los acreedores no se movieron en las dos últimas semanas, cuando el juzgado de lo Mercantil con sede en Vigo autorizó la cuarta y última prórroga para que la compañía tratase de alcanzar el voto favorable de al menos el 65% de los créditos ordinarios. «El plan que presentaron no es realista, inviable», expusieron ayer fuentes financieras. «Siempre estuvimos dispuestos a ayudar y prueba de ello es que hemos perdido todo ese dinero», abundaron, además de acusar a la dirección del grupo de no querer modificar ningún punto de su hoja de ruta. «Han mantenido posturas inaceptables», censuraron desde otra de las entidades acreedoras, que sí se adhirió a la propuesta de convenio. Este periódico no obtuvo ayer respuesta de la empresa.

El plan

Atunlo se entregó al concurso de acreedores en mayo de 2024, instado por la propia dirección —José Pernas es quien ha ejercido de CEO— pese a haber alargado la vía preconcursal hasta la extenuación porque la suspensión de pagos sería, y así lo dejó por escrito en su plan de viabilidad, una guillotina. Lo hizo con un pasivo superior a los 125 millones de euros, un agujero patrimonial de 70 millones y números rojos por otros 40. De acuerdo a sus estimaciones, Atunlo habría facturado más de 111 millones de euros a cierre de este 2025, pese a unas ventas previstas de apenas 24 millones del año pasado. Con un margen bruto de hasta el 12,5% sobre los ingresos, cuando en el último quinquenio no había rebasado el 2,15%, como ha analizado FARO (fue del 1,56% en 2019, antes del COVID y de la escalada inflacionaria tras la invasión de Ucrania). «No hemos visto suficientemente justificado el porqué de estos cambios tan importantes en los márgenes», apreció la administración concursal en su análisis de la propuesta de convenio, a la que otorgó un voto condicionado de confianza.

Ahora es turno de una liquidación, ya sea mediante la enajenación de unidad productiva mediante un proceso prepack concursal —como se hizo con el astillero Barreras— o la venta diseminada de los activos. Y de las demandas, que ya dan por descontado abogados de acreedores. El cierre se lleva por delante, de momento, el empleo de unas 200 personas, entre las factorías de Cambados, O Grove y la sede central de Vigo. Y 18 años de historia de una aventura que trató, durante un tiempo con éxito, de valorizar en casa el inabarcable mercado de los túnidos.

CLAVES

  1. Sede central de Atunlo

    Una alianza con Frigalsa permitió asentar en la antigua planta de Beiramar la sede central de Atunlo

  2. Centro Loxístico en Vigo

    Proyecto lanzado por Pernas, fue dando entrada a más socios. Proyectó su ampliación a otra nave.

Una onda expansiva que va a más tras las insolvencias de Pevasa o Central Lomera

La liquidación de Atunlo deja múltiples perjudicados en el camino. Su accionista Compañía Internacional de Pesca y Derivados (Inpesca, 40% del capital) encajó unas pérdidas de 27,5 millones de euros en 2024, dio por perdido todo el equity y las facturas impagadas y está a día de hoy en guerra interna, con demandas cruzadas entre socios. La viguesa Comercial Pernas, también titular del 40%, fracasó en su intento de salir del preconcurso con un plan de viabilidad rechazado en sede judicial. Y Marpesca Europa, tercera en discordia que entró en el proyecto en la antesala de su insolvencia, ha desaparecido.

Pero entre medias el cataclismo protagonizado por esta compañía, que llegó a ser la mayor comercializadora de túnidos de España, dinamitó la hoja de ruta de Pesquería Vasco Montañesa (Pevasa), otra armadora vasca que había participado del accionariado con Inpesca y Pernas; abrió un proceso con sus acreedores para reducir deudas y fortalecer su viabilidad. También Central Lomera Portuguesa, filial participada a partes iguales con Marfrío, tuvo que iniciar una negociación ante la imposibilidad de atender pagos corrientes; es la única que, de momento, ha esquivado una amenaza real de quiebra.

Es incierto ahora el futuro de la propia Pernas —nació a mediados de los ochenta por iniciativa de José Antonio Pernas Díaz— pero también de Centro Loxístico Porto de Vigo, un frigorífico que fue diseñado como centro de negocios y en el participan la mencionada Marpesca o la armadora Chymar.

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