De la Puerta: «Una microbiota fuerte contribuye a un estado anímico feliz»

«El estrés crónico es proinflamatorio», afirmó la médica y autora de «La microbiota estresada», un libro que muestra la relación entre la salud intestinal y la mental

Dolores de la Puerta y Federico
 Mallo, ayer en el Club FARO. 
|  Pablo Hernández

Dolores de la Puerta y Federico Mallo, ayer en el Club FARO. | Pablo Hernández

Vigo

«La felicidad es digestiva». Así lo aseguró ayer la doctora Dolores de la Puerta, una de las mayores expertas en microbiota intestinal y en la conexión intestino-cerebro, durante su intervención en el Club FARO, donde presentó su segundo libro, «La microbiota estresada» (HarperCollins), un manual que permite al lector conocer el vínculo directo entre la salud intestinal y la salud mental.

«La microbiota es una buena aliada para fomentar la resiliencia al estrés; determina tu nivel de susceptibilidad a padecer desórdenes psicológicos, la habilidad emocional y trastornos conductuales asociados al estrés. La tolerancia al estrés se asocia a una microbiota estable y diversa», afirmó la ponente, que en 2023 presentó en este mismo espacio su anterior libro, «Un intestino feliz», que ya acumula 50.000 lectores.

En «La microbiota estresada», De la Puerta aborda el impacto que tiene el estilo de vida como variable que ayudar o puede complicar en la estabilidad de la microbiota, en la salud intestinal y, por tanto, en la salud en general. En este sentido, subrayó que los desórdenes de microbiota están implicados en la aparición y desarrollo de muchas y muy distintas enfermedades. «La microbiota es el puente que conecta tu vida con la salud de tu cuerpo y con tus emociones», sostuvo.

La doctora De la Puerta, que estuvo acompañada por el catedrático de Fisiología-Endocrinología de la Universidad de Vigo, Federico Mallo, recordó que el 90% de la serotonina se produce en el intestino. «Una microbiota fuerte contribuye a un estado anímico feliz», aseguró.

Recordó que la microbiota es un ecosistema en el que viven 38 billones de microorganismos «en perfecto equilibrio entre ellos y con nosotros». «La microbiota de una persona y otra es tan diferente como la huella dactilar», afirmó.

Según la ponente, es un «órgano vivo» que desempeña importantes funciones, desde la digestiva a la gestión de las emociones a través de la conexión intestino-cerebro, pasando por la estabilización del epitelio intestinal, el control de la inflamación y la inmunomodulación.

Una alimentación no saludable, los fármacos, los tóxicos, la contaminación, el sedentarismo, una mala higiene de sueño, el estrés crónico y el envejecimiento son los principales factores que desencadenan desórdenes en la microbiota. «No quiero decir que no tomemos medicamentos, pero sí que si tomamos fármacos que afectan a nuestra microbiota, tenemos que ser conscientes de la necesidad de protegerla», puntualizó.

Lo mismo sucede a medida que envejecemos y, en el caso de las mujeres, a partir de la menopausia. Por suerte, la microbiota es un «organismo vivo», que puede cuidarse y recuperarse a lo largo de toda la vida. «La construimos en el primer año de vida y la consolidamos hasta los 3-5 años. A esa edad es ya adulta y se mantiene estable hasta los 55-60 años, cuando empezamos a perder un gran grupo de microorganismos muy importantes, que son las bifidobacterias», explicó.

Por el contrario, una alimentación «sana, variada y sin grandes restricciones» es una de las patas en las que se sustenta la salud de la microbiota. «La microbiota come lo mismo que tú», advirtió De la Puerta, que añadió que no hay que obsesionarse con los alimentos «bio» y «eco». Las otras patas son el ejercicio –aeróbico y de fuerza–, respetar los ritmos circadianos, una buena higiene mental y el manejo del estrés.

«El estrés crónico es proinflamatorio y destroza la microbiota», advirtió la experta, que añadió que en el intestino también tenemos neuronas con la misma actividad que las del cerebro.

«El trasplaste de microbiota fetal será el tratamiento del futuro»

La doctora Dolores de la Puerta también contestó a las preguntas del público. Una de ellas fue sobre el trasplante de microbiota fecal, un procedimiento que consiste en la administración de materia fecal procedente de un donante sano a un paciente enfermo, tras ser procesada, con el objetivo de restaurar o modificar su microbiota, y que en España está solo aprobado en un contexto. «Será el tratamiento del futuro. El problema que tiene es que aún no tenemos la idoneidad del donante», explicó.De la Puerta comentó que los dos factores que determinan la construcción de un ecosistema de microbiota sano al principio de la vida son el tipo de parto –los microorganismos que llegan por un parto por cesárea son totalmente distintos a los que llegan por uno vaginal– y la lactancia materna.Por otra parte, reconoció que no es una «gran amante de la leche de vaca». «Para un adulto el vaso de leche no tiene mucho sentido. Fermentada se tolera mejor y aún así, prefiero cabra u oveja porque son inmunológicamente menos reactivas», dijo.

Tracking Pixel Contents