Entrevista | Josep Oliu Presidente del Banco Sabadell

"Si nada cambia, le doy un 85% de probabilidades a que fracase la opa"

El banquero confirma la puerta abierta a una unión con una entidad más pequeña: "Si no sale la opa, podremos considerar una fusión absolutamente amistosa"

"Un Gobierno tiene que poner en la balanza qué es lo que más le interesa a sus ciudadanos. Yo confío en este Gobierno"

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell / Zowy Voeten

Barcelona

El Banco Sabadell afronta la recta final de la batalla en que se juega su supervivencia en solitario. Consciente de ello, su presidente, Josep Oliu (Sabadell, 1949), muestra su confianza en la actuación del Gobierno y defiende que el proyecto en solitario del Sabadell tiene menos riesgo y puede crear más valor que integrado en el BBVA. Si la opa no tiene éxito, confirma además la puerta abierta a liderar una fusión con una entidad de menor tamaño.

El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, dijo el martes que la probabilidad de éxito de la opa es "muy, muy alta".

A mí me dijo un banquero de inversión hace poco: ‘No premium. Hostile. No way” (Sin prima y hostil, no hay manera). Ya le mandaré a este inversor al Onur.

El jueves, acabó su junta diciendo que la "gran alegría no es volver a Sabadell, sino que sería volver a Sabadell el año que viene". ¿Qué grado de probabilidad le da a que la opa fracase?

Hoy por hoy, 'ceteris paribus', sin que se cambie nada, le doy el 85% de probabilidad.

Sin embargo, parece que se han resignado a que la CNMC no atenderá sus planteamientos. ¿Su gran esperanza es que el Gobierno pueda hacer al BBVA desistir?

No es que nos hayamos resignado con la CNMC. Simplemente hemos visto en la prensa las propuestas finales de BBVA, pero está pendiente cuál va a ser la posición final de la CNMC. Sería una pena que no hiciera un test de mercado en profundidad sobre las consecuencias que la integración podría tener sobre las pymes. También sería una pena que no hiciera ningún caso a las partes más afectadas, que son las empresas y que ya han manifestado a través de 80 organizaciones su deseo de explicarle por qué piensan que esta operación puede ser mala para ellas y en consecuencia, mala para el país. El Gobierno vendrá después. Tiene que definir qué marco de sistema financiero quiere para el futuro de España, si uno de unos pocos bancos internacionales o un marco de bancos multirregionales fuertes, aparte de algunos bancos de trascendencia internacional, que es el que nosotros propugnamos para España. Este marco, que no está definido, es necesario para que el accionista del Sabadell tenga la información necesaria y suficiente para poder tomar una decisión informada.

El consejero delegado sí ha asumido públicamente que la CNMC no atenderá sus planteamientos.

Sí, por lo que nos llega, pero yo no lo doy por hecho.

Ha defendido esta semana que el Gobierno debe velar por el interés general y que tiene argumentos para oponerse a la operación.

Así está establecido por la ley de competencia. El Gobierno tiene que analizar el informe de la CNMC y, al mismo tiempo, tener en consideración otras cuestiones de interés general, como el equilibrio territorial, al que ya se ha referido en alguna ocasión, o cuál es el sistema financiero deseable para el país. No es mi misión decir lo que tienen que hacer el Gobierno ni la CNMC, por supuesto. Pero pido claridad. Porque mi misión sí es decirle a mis accionistas cuáles son las ventajas e inconvenientes de la propuesta de BBVA.

Hay quien dice que BBVA está apoyando operaciones del Gobierno para que sea más laxo con la opa.

Eso son rumores de patio de colegio.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, dijo el viernes que la opa es una “apuesta por España”. Usted ha defendido que hará “daño” al país. Desde 2008, han desaparecido decenas de entidades.

Más de la mitad.

La opa es igual de mala para España que una fusión de CaixaBank con BBVA

¿Por qué justo la desaparición del Sabadell sería un desastre?

Precisamente porque hay más concentración. Esta operación se ha equiparado a la fusión de Caixabank con Bankia. Pero en las circunstancias actuales, es como si me preguntara si sería buena para España la fusión de CaixaBank con BBVA. Le diría que no. Lo que es bueno para España es lo que es bueno para las empresas españolas, que nos han dicho que no hagamos la fusión porque se sentirían desamparadas si desaparece el Sabadell. Especialmente las empresas catalanas, valencianas, murcianas, asturianas y gallegas. El Sabadell es un banco muy especializado, dedicado y cercano a las empresas. 

¿El BBVA no lo es?

Lo que puedo decir es que el Sabadell no es un banco que tenga una visión mundial de la banca, sino una visión de la banca cerca del terreno. Y si desaparece el Sabadell, las empresas nos han dicho que tendrían que lidiar solamente con tres bancos (Santander, BBVA y CaixaBank) cuya cercanía a la empresa no es la misma que la del Sabadell. Nuestro proyecto es seguir así. No es un proyecto de banco internacional o de países emergentes, sino ser un banco de las diferentes regiones de España y que en cada una ellas podamos tener la cercanía, proximidad y apego al terreno que tenemos en Catalunya.

Las empresas españolas nos han dicho que sin el Sabadell se sentirían desamparadas

Si la operación es mala ahora, ¿por qué no lo era a finales de 2020, cuando estuvieron negociando una fusión con BBVA?

Estábamos en unas circunstancias diferentes. Era el año de la covid y hacía tres años que había quebrado el Banco Popular. Había en el mercado una cierta desconfianza en nuestra capacidad de seguir en solitario. Establecimos unas conversaciones con Carlos (Torres) para ver si podía tener sentido. No nos pusimos de acuerdo por lo mismo que ahora, porque pensábamos que teníamos la herencia de la crisis de 2008 prácticamente solucionada y que valía la pena acometer la salida del banco en solitario. El banco está ahora en una situación muy diferente, ya no atravesamos un momento de debilidad sino que tenemos un proyecto consolidado, sostenible y con gran capacidad de creación de valor. Estamos equiparando nuestras capacidades digitales a las del propio BBVA, CaixaBank y cualquier otro banco. Y hemos mantenido nuestra identidad, la cercanía y la capacidad de acompañamiento para que nuestras empresas sepan que en el Sabadell tienen a un ‘partner’ absolutamente fiable y confiable, tanto cuando les dice que sí como cuando les dice que no, siempre con la seguridad de que el banco ha estudiado seriamente sus necesidades y capacidades para sacar adelante su proyecto empresarial.

¿Sería aceptable la opa si BBVA les dijera que Sabadell se quedaría como su única marca en Catalunya y Levante?

Solamente le puedo hablar de la oferta que hemos recibido en unas condiciones determinadas. 

¿Qué tendría que haber ofrecido el BBVA para que aceptara la oferta?

En su momento, quizás habría habido que hablar de ello en confianza. La oferta que nos presentó era innegociable. Yo primero y el consejo después le dijimos que no era el momento porque el Sabadell estaba ascendente y ellos también, sobre todo por México. Le dije que las circunstancias no eran las mismas que en 2020, que creíamos que podíamos desarrollar nuestro proyecto en solitario con altas o totales probabilidades de éxito. Pero obviamente, Carlos Torres tiene su visión y en su proyecto se ve que estaba el Banco Sabadell.

Josep Oliu.

Josep Oliu en la sede del banco en la Diagonal de Barcelona / Zowy Voeten

BBVA considera impensable que el Gobierno trabe la operación por el impacto que tendría en la imagen de España ante los inversores internacionales. ¿Cree que tendría ese impacto?

Si lo hace bien, no lo creo. Si estuviéramos en Francia, el Gobierno haría de gobierno de una manera francesa. Aquí en España, el Gobierno hace de gobierno a la manera española, es decir, mucho más respetuoso con el mercado. El mercado es uno de los condicionantes, pero el bien común es otro y un Gobierno tiene que poner en la balanza qué es lo que más le interesa a sus ciudadanos. Las organizaciones empresariales y los sindicatos se han manifestado en contra de la operación. Yo confío en este Gobierno y en todos los gobiernos que hacen su función de poner todo en la balanza, igual que hago yo con mis empleados, clientes y accionistas, dando prioridad a los accionistas. Al final, lo único que hacen los mercados es que suban o bajen los precios (de los activos financieros) y frente a ello está lo que pueda pasar a medio plazo en la economía española. 

Damos por sentado que ha mantenido conversaciones con miembros del Gobierno y de la Generalitat sobre la operación. ¿Qué les ha transmitido?

Lo mismo que les transmito a ustedes.

¿Y ellos qué le han transmitido a usted?

Pues que sí. Lo mismo que ellos les transmiten a ustedes.

El BBVA dice confiar en que el Gobierno acabe aceptando la operación.

No creo que confíe mucho. He leído que ahora aspira a un Sabadell como filial, sin fusión, en caso de que gane la opa. Si es así, puede servir para cumplir el expediente temporal, pero no tiene sentido desde el punto de vista económico para los accionistas. Si no hay fusión, no habrá muchas sinergias de costes y las de ingresos podrían ser negativas. Muchos clientes nos han dicho que se irían a la competencia, no es lo mismo llevar un banco con alma que un banco desalmado. Pero ya veremos cuando la CNMC y el Gobierno fijen el marco y venga la oferta definitiva de BBVA. Nosotros velaremos porque el folleto de la operación que debe aprobar la CNMV incluya toda la información sobre los riesgos, inconvenientes, pérdidas de capital y pérdidas de dividendos que supone la aceptación de la opa. BBVA no podría pagar el dividendo del Sabadell de los próximos tres años, porque tendrá, entre otras cosas, de cubrir los déficits de capital que le produciría la operación. Todo eso hay que incluirlo para que el accionista pueda compararlo con el precio que le dan. Si es que el precio es tangible, porque hoy por hoy no hay precio, es una opa impropia. 

Es una opa impropia, una opa apropiada sería en efectivo, no en acciones

¿A qué se refiere con impropia?

Una opa apropiada sería en efectivo, no en acciones. Así podríamos comparar nuestros proyectos empresariales en base a las proyecciones que nos den mis ejecutivos sobre dividendos y capital y sobre si daremos unos dividendos extraordinarios si sobra capital o si vamos a crecer más porque vamos a hacer una operación. Con esa base, podríamos hacer una valoración del banco y compararla con la valoración de la oferta en efectivo del BBVA o quién sea. En cambio, en una operación en acciones el valor va cambiando cada día. De hecho, la prima es negativa desde hace más o menos un mes y medio. Lo que hubiera sido normal es que BBVA hubiera logrado el permiso de su junta para hacer una ampliación de capital en efectivo. Como no lo ha hecho, la única forma que tiene de convencer a los accionistas del Sabadell es afirmar que su proyecto es superior al del Sabadell. Contra eso, yo tengo la obligación de explicar que nuestro proyecto es superior o, al menos, no tiene los riesgos del proyecto de BBVA. El que invierte en BBVA destina la mitad de su inversión a México, en torno a un 30% a España, un 15% a Turquía y el resto a América Latina. No es como el Sabadell, que es un banco español con un poco de negocio en Inglaterra. Así que, señor accionista, piénselo bien, porque va a entrar en riesgos que son diferentes de los que tenía hasta ahora. Esos países han tenido rentabilidades más altas, pero también tienen mayores riesgos políticos y económicos, porque tienen devaluaciones periódicas. 

Nuestro proyecto no tiene los riesgos del proyecto de BBVA

¿No temen que la acción baje considerablemente si se rechaza la opa?

Eso lo decían ellos, ahora ya lo dicen menos. Yo no lo veo. Puede que baje un poquito, pero el promedio de la valoración del consenso de los analistas sobre nuestra acción está aproximadamente donde está la cotización de nuestros títulos hoy. Hay algunos accionistas oportunistas que esperan que la opa triunfe o mejore el precio, pero han entrado pocos porque la mayoría no ven que la operación vaya a suceder. Si la opa no triunfa, probablemente se irán. Pero también si la opa tiene éxito, mucha gente se marchará porque no querrá ser accionista de esa mezcla de España, Turquía y México. Yo entiendo que es una decisión complicada para el accionista. Pero más allá del apego que tengo por mi relación histórica con el banco, creo en nuestro proyecto de banco plurirregional. Hemos hecho muchas operaciones de complemento a lo largo de los años y somos considerados un banco local en donde compramos el Guipuzcoano, el Herrero, el Gallego y la CAM. Antes el Popular también tenía esa dimensión, pero ahora solo la tenemos nosotros. La diferencia es que la regulación y modelos de riesgo actuales hacen que nuestro modelo de negocio sea sostenible y muy rentable.  

¿Si la OPA no sale adelante, se pondrá en contacto con otros bancos de menor tamaño para estudiar una fusión, como ha dejado abierto el consejero delegado?

Si no sale la opa, seguiremos con nuestro proyecto de tener un modelo de negocio capaz de crecer solo y de servir a los clientes. Al mismo tiempo, sí, podremos considerar de una manera absolutamente amistosa cómo podemos sumar a nuestro proyecto otros proyectos que puedan ser compatibles con el nuestro.

Tiene que ser un banco español y tener complementariedad geográfica con el Sabadell

En el pasado habló con Unicaja. ¿Es el banco que más les encaja?

Tiene que ser un banco español y tener complementariedad geográfica con el Sabadell. Pero el Sabadell hoy no está pensando en esto, obviamente, sino en el BBVA. Si la opa fracasa, respiraríamos una temporadita para poder seguir con nuestro proyecto y consolidarlo. Durante un año he estado muy ocupado y eso que en principio soy presidente no ejecutivo.

¿Cuánto es una temporadita?

No sé. Depende del entorno, del mundo, pero no de inmediato.

¿Pero cuál cree que es la entidad de menor tamaño que mejor encaja con el Sabadell?

Encaja todo, pero depende de las voluntades. Somos muy respetuosos con las voluntades y si todos ellos quieren seguir un proyecto solos, lo respetamos perfectamente. Nunca haríamos una operación hostil.

Hay quien dice que con Abanca ya han hablado.

Y con todos.

Llegado el caso, ¿la ubicación de la sede sería negociable o Sabadell ya es inamovible?

La sede es uno de los elementos fundamentales comerciales de una entidad, junto a la marca. En estos momentos, pesa más nuestra sede en Catalunya que pesaba nuestra sede en Alicante, obviamente, porque somos un banco catalán. Si llegase el caso, pues ya lo discutiríamos. Pero en ningún caso contemplaríamos un cambio. Solo lo hemos hecho por la opa del BBVA. Y en realidad, aunque teníamos la sede en Alicante, nuestro centro principal se mantuvo en Sant Cugat. En cualquier caso, para nosotros Alicante es muy importante, igual que Asturias, Galicia y Guipúzcoa. BBVA es el más vasco teóricamente, aunque sea de Madrid. Pero nosotros en el País Vasco tenemos un consejo consultivo y Javier Echenique, que fue mi vicepresidente y gran amigo y colaborador, nos mantenía unidos a la sociedad vasca.  

En la CNMC hay cierto enojo por la presión a la que sienten que les están sometiendo ustedes por la opa. ¿No le preocupa que se vuelva en su contra si dentro de un tiempo le llevan una fusión?

No, porque si hiciéramos alguna fusión que requiriera medidas estructurales, las plantearíamos perfectamente porque somos respetuosos con las normas europeas de competencia.

¿Se plantean volver a subir los 3.300 millones de remuneración al accionista contra los resultados de 2024 y 2025 antes del periodo de aceptación de la opa?

Todavía no lo sé. Vamos absolutamente a cumplir lo ya prometido. Pero se lo tiene que preguntar al consejero delegado, a mí no me lo ha dicho.

El riesgo del BBVA por el caso Villarejo tiene que se reflejado en el folleto de la opa

Han usado muchos argumentos contra la opa. ¿Por qué no la situación judicial del BBVA respecto al caso Villarejo?

Ahí la única cosa que creemos es que tiene que ser reflejado con transparencia, como todos los riesgos del BBVA, en el folleto de la opa, que es donde corresponde. El accionista del Sabadell tiene que saber el riesgo que asume de corresponsabilizarse con los hechos de los que la entidad ha sido acusada.

Pero no lo han usado públicamente.

No, porque ya saldrá en el folleto. Es un tema de decisión del accionista. En ese sentido, cuidado, señores, cuando tú te fusionas con otra sociedad, asumes todos los riesgos, litigios y problemas que pueda tener la otra entidad. Durante el proceso de la opa, ha pasado de imputado a acusado. Tanto el BCE como el Banco de España decidieron no considerarlo por ser simplemente una acusación y no haber todavía una sentencia. El riesgo de la sentencia lo corre el accionista del BBVA y, si se convierte en su accionista, el del Sabadell.  

El BBVA tenía prevista una vicepresidencia para usted en caso de fusión amistosa. ¿Si se la terminan ofreciendo, la aceptaría?

Yo creo que no me la van a ofrecer.

¿Y si fuera presidencia?

Tampoco creo que me la vayan a ofrecer.

El BBVA contempla incorporar consejeros del Sabadell si la opa triunfa. ¿Cree que alguno lo aceptaría?

Eso no me consta.

¿Carlos Torres sigue siendo su amigo?

Sí, pero tenemos un paréntesis. Estamos de acuerdo solo en una cosa, en principio, que es que quienes van a decidir son los accionistas. Obviamente, él quiere convencerlos de que decidan una cosa y yo de que decidan la contraria. Pero cuando lleguemos al final, creo que podremos volver a ser amigos.

No creo que Torres deba dimitir si fracasa la opa

El señor Torres ha dicho que si no sale la opa, no dimitirá porque no cree que tenga motivos. Si usted estuviera en su situación, ¿dimitiría?

No. Es una oferta que sus accionistas han apoyado. Si la oferta no es exitosa, porque tendría que pagar mucho más y no está dispuesto o no están dispuestos sus accionistas o el mercado, lo lógico y lo profesional es decir: yo me retiro de esta opa porque estos señores han dicho que no. Pero, ¿por qué dimitir? Yo sigo con mi proyecto, que es suficientemente bueno.

¿Cree que presentar una OPA hostil en banca en España es de buen gestor bancario?

Creo que es muy arriesgado, en España como en Italia, Alemania o Europa en general. No va con la filosofía de consenso y de respeto a los proyectos de los demás que tenemos. Pero en el mundo de las altas finanzas y los mercados en Estados Unidos es normal y no es una causa de consideración de mala gestión. Él tiene sus razones para esta operación, fundamentalmente implicar más socios españoles y traspasar parte del riesgo que tienen sus accionistas en México y Turquía a los accionistas del Sabadell.

El BBVA ha utilizado como argumento la apuesta de la UE por las fusiones bancarias transfronterizas. ¿Qué opinión le merecen?

Tendríamos que estar muy convencidos de la solidez del proyecto europeo y de que hay unas sinergias positivas muy importantes. Hay pocos proyectos de fusión transfronteriza en que esto pudiera pasar. Y si algún día pasan, vendrán bastante dirigidos políticamente, con lo que tendrán que vencer reticencias políticas importantes. Si en España es difícil —¿ponemos la sede en Alicante, Barcelona, Málaga o el País Vasco?— imagínese si la decisión es ponerla en Madrid, París o Frankfurt. Además, no todas las entidades europeas deberían ser unas magnas entidades europeas. Puede tener sentido que haya una o dos grandes entidades europeas, pero con una plétora de entidades nacionales al lado. Por eso, cuando habla el BBVA del proyecto de competir con los grandes bancos europeos y americanos, yo digo que mi proyecto es competir en España para dar un buen servicio a los que yo tengo por aquí. Lo que le digo a mis accionistas es: conmigo si hay riesgos será de las pymes, pero no de General Dynamics o Elon Musk. Igual que en España, sería importante que en Europa haya un marco de qué sistema financiero queremos tener para que las grandes entidades nacionales de cada país pueden entrar en ese juego de combinaciones. Es decir, se puede decir: vamos a hacer dos fusiones, por ejemplo hispano-francesas o hispano-italianas. En una pondremos la sede en Italia y en la otra, en España. Todo eso puede ocurrir, pero hoy no está ocurriendo de esta manera porque cómo está el mercado no acaba de funcionar. Ha habido el intento de operación, veremos cómo acaba, de UniCredit con Commerzbank. Pero Unicredit ya tenía un banco en Alemania.

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