La Semana Santa arrancó oficialmente en Cangas con el festivo del Viernes de los Dolores de ayer. En Bueu y Moaña los festivos comienzan el Jueves Santo, como en el resto de España. Se trata del primer periodo de temporada alta del año para el turismo, un sector del que depende en extremo la economía de O Morrazo, no en vano más de 70% de la actividad en la comarca está relacionada con el sector servicios. Sin embargo las malas previsiones del tiempo, que amenazan con lluvia durante los festivos, están ralentizando de forma preocupante las reservas. El grueso de los hoteles estima en un 40% la ocupación que tienen garantizada en estos momentos a partir del Jueves Santo. Para este primer fin de semana la demanda es todavía menor. «Esperamos que la gente se anime a reservar a última hora, aunque tememos cancelaciones en el caso de que se cumplan los peores pronósticos de lluvia», explican desde el Hotel H4, que cuenta con 50 habitaciones. En el Hotel Airiños, que dispone de 56 habitaciones, las reservas están también por debajo de la mitad de la capacidad, igual que en el Hotel Bienestar Moaña, el único cuatro estrellas de la comarca y que se sitúa al 45% de las reservas. Cuenta con 51 habitaciones y sus responsables explican que «regresó una tendencia que había antes de la pandemia, y es la de reservar a última hora». Esperan ocupar, para los festivos principales, al menos seis de cada 10 habitaciones. Este hotel tiene la ventaja de contar con un spa, lo que diversifica la oferta de ocio para los visitantes en el caso de que llueva. En Bueu el Hotel Incamar es una excepción. Cuenta con toda su oferta ya llena desde el próximo miércoles, aunque en este primer fin de semana la ocupación es «muy baja». La razón está en un grupo organizado de viajeros que pasarán el grueso de la Semana Santa en Bueu y que llegará desde Asturias. En cuanto al origen de los visitantes que sí han reservado ya, la mayoría proceden de Madrid y del Norte de España, con el País Vasco y Asturias como dos de los mercados más asentados tanto en estas vacaciones primaverales como en el verano. Una vez más el mercado portugués sigue al alza en O Morrazo. Cada vez son más los que cruzan la raia incluso en primavera para disfrutar de la zona. En el Hotel Bienestar Moaña explican que cuentan ya con reservas de visitantes lusos para su puente del próximo 25 de abril (festivo en el país vecino al conmemorarse la Revolución de los Claveles). Además del tiempo, otra de las razones de la baja demanda estaría en que el 1 de mayo cae en jueves y mucha gente está reservando sus vacaciones para ese puente, «cuando los precios pueden ser más baratos». En lo que respecta a los reclamos, las Illas Atlánticas se mantienen como uno de los principales atractivos «sobre todo para extranjeros», mientras que mucho turismo nacional «ya conoce la zona, tiene familiares o le hablaron directamente de O Morrazo». Eso sí, la Semana Santa de Cangas, que es Festa de Interese Turístico de Galicia, apenas supone un reclamo para los turistas. «Casi nadie pregunta por las procesiones. Es algo más vinculado al sur. Somos los hoteles los que explicamos la importancia de Semana Santa en Cangas y a partir de ello se acercan a conocerla», desvelan desde el sector. Moaña promociona, desde 2021 incluso con señales, una variante del Camino Portugués de la Costa que llega a la villa en transporte de ría desde Vigo y la atraviesa por la alameda y llegando hasta la desembocadura del Río da Fraga para ascender por todo el sendero. Esta variante permite a los que realizan el Camino de Santiago ahorrar una jornada entera en el tramo entre Vigo y Pontevedra.Pasados cuatro años desde el inicio de la promoción, parece que esta iniciativa despega, sobre todo entre los extranjeros. Y es que desde el Hotel Bienestar Moaña explican que cada vez más turistas de fuera se acercan a sus instalaciones y explican que están realizando el Camino de Santiago. Señalan que al preguntarle a modelos de inteligencia artificial como ChatGPT por el Camino de Santiago Portugués es común que se haga referencia también a una variante moañesa que conjuga un paisaje urbano con otro natural.