Opinión | Desde mi atalaya
Aniversario de José Torres
Estos días se cumple el CXIX Aniversario del nacimiento del insigne marinense José Torres Martínez, concretamente el viernes 25, en la calle del Baño nº 38, tercer hijo del matrimonio de José María Torres Ruibal y Enedina Martínez Soaje. Estudia primaria en el Colegio San Luis Gonzaga, y bachillerato por libre en el Instituto de Pontevedra, se hace maestro y saca el nº 1. A lo largo de toda su vida, tuvo en su corazón y en su mente, a su villa natal, allá por donde le llevo el ejercicio de su profesión. Profesión que desarrolló tanto, en la enseñanza oficial, como en la privada: maestro de Hermelo y Porteliña, director de la Graduada Aneja, Profesor del Instituto y Escuela del Magisterio de Pontevedra, Escuela del Magisterio de A Coruña, Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Santiago, y en la privada en Colegio San Luis Gonzaga y Colegio San Narciso de Marín, Academia Inmaculada de Pontevedra y academia Galicia de A Coruña. En Marín, fundó y dirigió las academias Minerva, Estudio y Ateneum, donde estudiaron cientos de jóvenes marinenses, que recibieron una enseñanza libre y universal, que todavía muchos de sus alumnos que tuvieron la fortuna de tenerlo como maestro, lo recuerdan con cariño y admiración, y en la que nadie dejó de estudiar por problemas económicos, porque ponía por delante el derecho del niño, a la situación económica.
Aparte del ejercicio de su profesión, todavía tuvo tiempo para dedicar a su Marín amado, el tiempo libre para colaborar en el conocimiento de nuestra historia, patrimonio y problemática municipal, siempre pensando en el crecimiento y desarrollo, y haciendo propuestas positivas para conseguir el ansiado progreso. Gran orador que deleitó y enseñó a los marinenses, con sus conferencias organizadas por la A. C A. Santa Cecilia. Conocedor de nuestro patrimonio que enseñó a sus alumnos y marinenses, en general, no solo con la explicación en el aula, sino con las visitas a los lugares, como las «Insculturas rupestres de Mogor», el castro de «Cividad», el románico, pazos e iglesias, ermitas y romerías, etc, etc.
Así colaboró en todo cuanto se le pidió, haciendo propuestas y manifestando su opinión, para una mejor resolución, aunque siempre prefirió estar en segundo plano. Fundó la revista escolar ‘Cartel’, organizador del I Concurso fotográfico en 1827, fundador de Acción Católica y Adoración Nocturna en 1932, el periódico de información comarcal ‘Mas’ en 1938, formó parte de la Comisión de Fiestas, promotor de la Biblioteca Municipal en 1939, autor del Programa para una gestión eficaz de la Corporación Municipal en 1940, participa con varias ponencias (Conservación del pescado, Fomento de la Construcción de viviendas para pescadores y Labor social de la Cofradía) en la Asamblea de Cofradías de Pescadores, celebrada en Vigo) en 1948, organiza la Junta Local de Turismo y Fiestas y el Reglamento Municipal de Fiestas en 1949, la propuesta para la creación de la Escuela de Pesca, redacta y edita los folletos turístico de «Marín Villa de Turismo y Veraneo» en 1949 y 1950, publica la revista ‘Ría’ en 1950, promueve la creación del instituto de E.M., luego Instituto Laboral en 1955, promotor y redactor del estudio sobre la reforma del Escudo de Marín, y finalmente realiza un estudio completo de nuestra historia, que se publica en 1984, que el modestamente tituló ‘Pequeña Historia de Marín’, realizado en 1954, junto a ‘Marinense en el tiempo’, gran legado para conocer nuestra historia y para que otros profundicen en ella. Muere siendo primer teniente alcalde de Marín en 1983, ofreciendo su último aliento dedicado a trabajar por su Marín del alma.
Persona culta, educada y comprometida con el progreso de su villa natal, bueno y generoso, humilde y preparado, modesto y sacrificado, discreto y bondadoso. Un marinense excepcional que ha dejado una gran huella en el devenir de nuestra villa, como corresponde a un hijo preclaro que fue. Marín, y por supuesto los marinenses, todavía tenemos una deuda de agradecimiento y gratitud con él, por todo lo que nos enseñó de nuestra Villa, y todo lo que hizo por ella. Por eso el año que viene, que se cumplirán 120 años de su nacimiento, sería un buen momento para hacerle el homenaje que se merece. Tiempo hay para decidir el reconocimiento que se merece, porque ello servirá para que otros marinenses reconozcan que aquí agradecemos todo lo que hacen los marinenses por su villa natal, y también quieran trabajar por Marín en pro de su crecimiento y desarrollo.
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