Juicio histórico
El Supremo de Brasil aprueba abrir un proceso penal contra Bolsonaro por el intento de golpe de Estado contra Lula
Los magistrados del tribunal votan por unanimidad la apertura del juicio y recuerdan que la democracia del gigante sudamericano estuvo en peligro

El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, durante una comparecencia ante los medios tras conocer su imputación, este miércoles en Brasilia. / ERALDO PERES / AP

Los brasileños fueron este miércoles testigos de un episodio histórico. La Primera Sala del Supremo Tribunal Federal (STF) decidió por unanimidad imputar al expresidente Jair Bolsonaro (PL) y a siete integrantes de su selecto entorno por haber promovido un golpe de Estado contra Luiz Inacio Lula da Silva. Los cinco jueces, Alexandre de Moraes, Flávio Dino, Cármen Lúcia, Luiz Fux y Cristino Zanin avalaron la denuncia del fiscal general, Paulo Gonet. El líder de la extrema derecha de Brasil deberá sentarse en el banquillo de los acusados junto con los generales Walter Braga Netto, Paulo Sérgio Nogueira y Augusto Heleno, el excomandante de la Marina Almirante Almir Garnier, el exministro de Justicia Anderson Torres, el exdirector de Agencia de Inteligencia (Abin) Alexandre Ramagem y el exayudante de campo de Bolsonaro.
Gonet había acusado a los procesados de los delitos de "organización criminal armada", "tentativa de abolición violenta del Estado democrático de Derecho", "golpe de Estado", "daños calificados por violencia y amenazas graves contra el patrimonio público" y "deterioro de bienes catalogados". Las penas en su totalidad suman más de 40 años de cárcel. "Crónica de una muerte anunciada", dijo 'Estadao', uno de los principales diarios paulistas. El hombre al que sus seguidores llaman "Mito" seguramente no leyó la novela de Gabriel García Márquez, pero sabía que su suerte estaba echada. Por eso no se hizo presente en la sede judicial.
La imputación de Bolsonaro da un nuevo brío a las investigaciones de los hechos del 8 de enero de 2023 por los cuales se han abierto 1.400 causas con 371 condenas. Con la apertura de proceso penal, los acusados tendrán que reunir pruebas y testigos para defender su inocencia. La fiscalía, en tanto, deberá probar el papel del octeto en la conjura. Según el diario paulista 'Folha', el juicio se realizará a toda velocidad para "evitar que el caso se contamine con las elecciones presidenciales de 2026".
El instructor del caso, De Moraes, destacó los "indicios razonables" en la acusación que presentó la Fiscalía. Las maniobras desestabilizadoras, enfatizó, se habían iniciado en 2021 con la divulgación de noticias falsas sobre la fragilidad del sistema electoral. El juez, a quien el bolsonarismo considera una encarnación del demonio mismo, recordó la gravedad de los episodios del 8 de enero de 2023, una semana después de la toma de posesión de Lula. Para el magistrado, las sedes de los tres poderes públicos en Brasilia fueron escenarios de una "verdadera guerra campal" protagonizada por los seguidores del expresidente, quien se encontraba en Florida (EEUU). "Aquel 8 de enero no fue un domingo en el parque. Todos irrumpieron y atacaron. La policía lanzó gases pimienta, la gente invadió. Y siempre con la intención golpista. Hemos visto varias pancartas pidiendo la intervención federal". La denuncia de Gonet, remarcó De Moraes, "hace hincapié" en que Bolsonaro "era plenamente consciente de las acciones" llevadas a cabo y ordenó a las Fuerzas Armadas que no disuelvan los campamentos formados en las puertas de los cuarteles exigiendo una intervención castrense. El excapitán también estaba al tanto de la llamada "minuta golpista" con el cronograma de la conspiración. "Si lo analizó y no quiso (dar el golpe), si lo analizó y sí quiso, eso estará en el veredicto de culpabilidad. Pero no hay duda de que conocía el borrador".
"La dictadura mata"
El juez Dino hizo alusión a la gran fantasía del bolsonarismo: un retorno a las fuentes golpistas del 1 de abril de 1964, cuando se iniciaron 21 años de gobiernos militares. "Un golpe de Estado es un asunto serio. Es falsa la idea de que un golpe de Estado, o una tentativa, porque ese día no produjo muertos, es un delito de menor potencial ofensivo o excluye la atipicidad de los delitos. Es una deshonra para la historia nacional. Para las familias que han perdido parientes (en 1964)".
La magistrada Lúcia señaló a sus colegas, a los abogados y al público que los integrantes del STF son "nubes pasajeras", pero las instituciones y los edificios que fueron destruidos "son permanentes" y ese carácter es el que muestra la gravedad de lo ocurrido. "Si se hubiera producido el golpe, no estaríamos aquí". Las palabras no pasaron inadvertidas. La PF pudo comprobar que los conspiradores pensaban asesinar a De Moraes y otras figuras políticas, además de Lula. Lúcia añadió: "La dictadura mata. La dictadura vive de la muerte, no solo de la sociedad y de la democracia, sino de seres humanos de carne y hueso, que son torturados, mutilados y asesinados cada vez que van en contra de los intereses de quienes detentan el poder".
La opinión de Bolsonaro
"Una acusación grave e infundada", dijo el expresidente. "Teatro procesal", señaló a su vez sobre la labor del STF. "Quieren impedir que llegue libre a las elecciones porque saben que, en una contienda justa, no hay candidato capaz de vencerme". El bolsonarismo se encuentra desconcertado por estas horas. Los sectores más fieles al exmandatario intentarán redoblar su ofensiva parlamentaria en favor de una amnistía de los participantes del 8E. Sóstenes Cavalcante, el presidente del Partido Liberal (PL) se propone presentar una iniciativa de esa naturaleza a la principal autoridad de la Cámara de Diputados, Hugo Motta. El propio excapitán encabezó días atrás una movilización en Río de Janeiro para buscar esa salida. Antes del actual pronunciamiento del STF, Bolsonaro había sido declarado "inelegible" hasta 2030 por haber difamado al sistema electoral en 2023.
Los analistas políticos estiman que más allá de la estrategia de sus abogados, Bolsonaro intentará repetir en Brasil el camino transitado en Estados Unidos por Donald Trump, quien no solo pudo sortear la tarea de los tribunales, sino que volvió a la Casa Blanca con una condena de por medio. Eduardo Bolsonaro decidió articular en Washington las relaciones con los sectores más duros del Partido Republicano para presionar a la justicia brasileña.
La apertura de un juicio contra Bolsonaro no da por concluidas sus aspiraciones de una revancha al mejor estilo de Trump. "A estas alturas, podemos dar por hecho que Jair Bolsonaro será condenado a una larga pena de prisión. ¿Ha terminado su carrera política? Me encantaría responder afirmativamente a la pregunta, pero la experiencia recomienda cierta cautela. Lula, que también parecía perdido tras ser encarcelado por tres cargos de corrupción, volvió y retomó la presidencia", señaló Hélio Schwartsman, columnista de 'Folha'. La mejor alternativa del excapitán es apostar por un aliado en los comicios de 2026, con la ilusión de que "una vez en el cargo, usaría el poder de la gracia presidencial para indultarlo". Pero esa hipótesis, Schwartsman, es, también, "muy incierta".
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