La ría se vacía como pocas veces
Arousa asistió ayer al episodio de bajamar más acusado del año
También lo fue de pleamar, pero se vivió de madrugada y pasó desapercibido

La bajamar en Carril, ayer. / Noé Parga

La ría ha vuelto a «desnudarse» y a llenarse como pocas veces lo hace, y más que en ningún otro momento del año en curso. Sucedió ayer, cuando poco antes del mediodía se marcaron 0,10 metros sobre la línea de bajamar escorada.
¿Qué quiere decir esto? Pues que se rozó la cota cero, estableciéndose así el episodio de bajamar más acusado, hay que insistir, de cuantos van a producirse en todo 2025.
Para que se entienda mejor el alcance de lo sucedido, puede decirse que la bajamar se situó durante buena parte del mes de marzo entre los 0,70 y los 1,60 metros sobre la línea de bajamar escorada.
Las mejores «secas», que es como se conoce a los descensos de marea más significativos, se registraron tanto el día 1 como el sábado pasado, a las diez de la mañana, y ayer, a eso de las doce de la noche.
En todos esos casos marcando un nivel de 0,20, que también se espera para hoy a las 12.08 horas. Pero bajar hasta 0,10 es algo pocas veces registrado, y puede considerarse como algo excepcional.

La bajamar en la playa vilanovesa de A Braña. / Noé Parga
De ahí las espectaculares imágenes que dejó la ría durante la jornada dominical, comportándose como una gran bañera a la que se quita el tapón para que se vacíe.
El agua descendió tanto que dejó al descubierto lugares otras veces inaccesibles, sobre todo en las zonas intermareales existentes desde Catoira hasta Moreiras (O Grove), pasando por Carril (Vilagarcía) y toda la desembocadura del Ulla y del Umia, Vilanova, A Illa y Cambados.
O Saco de Fefiñáns, el Complejo Intermareal Unia-O Grove, Os Lombos do Ulla, Lombos do Hotel, A Vía, O Sarrido, Camaxe, O Terrón, O Facho, Castelete, Terra de Porto e incluso el popular «camiño do carro» que conduce a la isla de Cortegada fueron algunos de los escenarios en los que más se apreció la majestuosidad de las mareas vivas.

Los parquistas aprovecharon para trabajar. / Noé Parga
Que volverán a verse el próximo día 28, con 0,20 a las 23.25 horas, los días 7 y 8 de octubre, con ese mismo registro y prácticamente a la misma hora.
Pero eso será todo, porque las demás mareas destacadas del año se quedarán en 0,30 o 0,40 metros. ¡Nada que ver con lo sucedido ayer!
También apreciable, por cierto, en el caso de la pleamar, si bien esta vez pocos pudieron disfrutar de su grandeza, dado que los topes se marcaron durante la madrugada, tanto en la del domingo como en la de hoy, en ambos casos con 4,20 metros sobre la línea de bajamar escorada.
Si este registro se hubiera producido con intensas lluvias, no cabe duda de que los desbordamientos e inundaciones habrían sido inevitables.

El puente entre Vilanova y A Illa. / Noé Parga
Y si esos 4,20 metros se alcanzaran cualquier soleada tarde de verano, muchas de las playas arousanas se habrían quedado sin arena en la que colocar las toallas.
En julio y agosto no será así, dado que lo máximo que subirá la marea será hasta los 3,80 metros sobre la línea de bajamar escorada, situándose en 4,10 el 9 de septiembre y los días 7 y 8 de octubre.

Buen día para el marisqueo y la mejilla
Sin llegar a alcanzar los niveles de ayer, hoy se espera también una buena «seca». Y como ya hicieron ayer los parquistas de Carril, tanto los mariscadores como los bateeiros podrán sacar partido al llamativo descenso del nivel del mar.
Los primeros para realizar sus habituales labores extractivas y siembras –al menos en aquellas cofradías o agrupaciones que están activas actualmente–, y los segundos, para relanzar la campaña de recolección de mejilla iniciada en el litoral atlántico el pasado 1 de diciembre.
Especialmente intensa se presenta la jornada para los mejilloneros, pues muchos tienen previsto desplazarse a Baiona, Cangas, Carnota, Muros, Laxe y zonas similares en las que han detectado «buenas piedras», es decir, rocas en las que hay abundancia de cría.
Algunos aprovecharon la seca de ayer para inspeccionar los lugares a los que acudir hoy a trabajar.
Por cierto, que al hablar de estas mareas vivas hay que recordar que algunos aprovechan el descenso del nivel del mar para capturar producto de manera ilegal, como sucedió ayer en Vilagarcía, donde seis personas fueron identificadas y una más se dio a la fuga tras ser sorprendidas «con las manos en la masa» mientras extraían marisco de manera ilegal.
Furtivismo
Un operativo contra el furtivismo llevado a cabo por la Policía Local de Vilagarcía, cuyos agentes pudieron recuperar 52 kilogramos de almeja y 16 kilos de mejillón de roca.
Un producto, cabe recordar, que puede resultar extremadamente peligroso si es consumido, de ahí que su extracción esté prohibida. Como también puede entrañar graves problemas para la salud púbica la ingesta de almeja y berberecho, si no es comercializada por los cauces reglamentarios, a través de depuradora.
Pero a pesar de todas las advertencias y de no pocas intoxicaciones, aún hay gente que se dedica a su extracción y venta, lo cual supone una amenaza para la salud pública y, en el caso de la almeja y el berberecho, constituye también un claro ejemplo de competencia desleal para el sector profesional que opera legalmente.

Un hombre cargando sacos en O Cavadelo. / Noé Parga
Ayer volvió a quedar de manifiesto esa práctica furtiva de algunos con el citado operativo, esta vez en la zona portuaria de O Cavadelo, donde algunos también recogían mejilla –cría de mejillón–, empleada por los bateeiros para encordar sus viveros flotantes.
Lo más llamativo es la impunidad con la que ayer estaban actuando, hasta que fueron sorprendidos por los agentes, los siete individuos antes aludidos –las seis personas identificadas y la que escapó–, tratando de aprovechar la importante bajamar que se vivió a mediodía –la más acusada de todo el año– para extraer bivalvos y destinarlos, supuestamente, a «consumo propio».

El operativo policial de O Cavadelo. / Noé Parga
Eso es lo que decían para justificarse, y aún siendo así tampoco está permitido. En cualquier caso, lo que suele ocurrir con este tipo de furtivismo, que se repite con excesiva frecuencia, es que el producto extraído acaba siendo comercializado ilegalmente a través de venta ambulante –también ilegal–, tanto en domicilios, puerta a puerta, como en diversos establecimientos de hostelería que se prestan a colaborar con los furtivos.
Los que ayer actuaban en O Cavadelo fueron vistos por numerosos ciudadanos que aprovechaban la soleada mañana para pasear por la zona, y algunos decidieron denunciarlo.
Fue esto lo que hizo que la Policía Local de Vilagarcía acudiera inmediatamente al lugar para proceder a la identificación de tales individuos.
Algunos se negaban a identificarse, asegurando que no estaban haciendo «nada malo» y que solo cogían «cuatro mejillones para comer en casa».
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