Los vecinos de Campolongo arropan a su patrón

La parroquia de San José de Campolongo se vistió de gala este domingo para honrar a su patrón, consolidándose como un punto de encuentro emotivo para los fieles. La celebración permitió además a los fieles apreciar las recientes mejoras acometidas en el templo, destinadas a facilitar la accesibilidad a personas con discapacidades físicas y visuales. La jornada dio comieno con un solemne oficio religioso en el que no faltaron las oraciones y cánticos.

Un momento destacado fue la presentación de una de las obras del proyecto «Evangeliz/arte», una iniciativa que fusiona arte y espiritualidad, liderada por el párroco Casimiro Fernández y cinco jóvenes alumnos de la Facultad de Bellas Artes: Andrés Meana Téllez, Javier Moya Sánchez, Nicolás Gómes Rodríguez, Xulia García Pintos y Vera Losada.

Los creativos reinterpretaron el Evangelio de cada uno de los domingos de la Cuaresma, plasmando su visión en obras que invitan a la reflexión, el recogimiento y en general el mensaje de Jesús, fomentando así un diálogo entre la tradición religiosa y la expresión artística contemporánea.

El párroco señaló a FARO que se ha tratado de una experiencia positiva que la parroquia se propone repetir «todos los años». También hizo hincapié en el «interés y compromiso» de los estudiantes con el proyecto. «El año que viene intentaremos que tengan más tiempo para preparar sus obras. Y la gente se ha llevado muy buena impresión al ver cómo la gente joven percibe el Evangelio», señaló.

Tras el oficio religioso, que llenó de feligreses la iglesia, la talla de San José recorrió las inmediaciones del templo, arropada por numerosos fieles. La procesión, impregnada de solemnidad, reafirmó la arraigada tradición religiosa de la parroquia pontevedresa, conectando a las generaciones a través de la fe y la devoción compartida.

La festividad adquirió además un matiz especial, ya que muchos de los asistentes la aprovecharon para festejar el día del padre, convirtiéndose así en una jornada familiar donde padres, hijos y nietos compartieron regalos y almuerzos, tanto en los hogares como en los establecimientos de hostelería local.

Los otros protagonistas de la jornada fueron los más pequeños de la casa, que no solo abrieron la procesión sino que muchos de ellos obsequiaron a sus padres con regalos, como dibujos y manualidades, elaborados por ellos mismos en los últimos días, dando así una nota de alegría y ternura a la jornada.