El mundo 4.0
El próximo sentido: la tecnología

El próximo sentido: la tecnología
Cuando en 1824 se estrenó la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, una obra maestra que ha trascendido a lo largo de los años y que se convirtió en el himno de la Unión Europea, el compositor tuvo que darse la vuelta para ver al público aplaudiendo, pero no pudo oír los entusiastas aplausos. Beethoven había notado por primera vez que tenía problemas de audición a los 28 años. A los 44, ya estaba totalmente sordo y no podía hablar a menos que utilizara notas escritas que intercambiaba con sus colegas, visitantes y amigos. Tuvo que abandonar casi por completo su vida pública y de intérprete, y finalmente murió en 1827 a la edad de 56 años. La pérdida de audición que sufrió fue provocada por la enfermedad de Paget, un trastorno que generó un agrandamiento anormal de los huesos del cráneo, lo cual afectó al mal funcionamiento del nervio auditivo. Sin duda, hoy en día, la tecnología disponible hubiera ayudado a corregir, o al menos reducir, la sordera que impidió que este genio de la música siguiera componiendo más obras maestras.
Nuestros cinco sentidos nos ayudan a percibir el mundo que nos rodea: movernos en nuestro entorno, comunicarnos y percibir diferentes sensaciones. Así el oído, el olfato, el gusto, la vista y el tacto tienen como misión transmitir al cerebro todas las informaciones que de una manera u otra captan. Disponer de todos los sentidos es algo tan común que rara vez reflexionamos sobre su ausencia, pero cuando se produce una pérdida o un deterioro, la frustración nos invade y condiciona nuestra vida, con un enorme impacto en la salud, la seguridad, el ocio, el trabajo y nuestro bienestar general. Sin embargo, la tecnología ya ha empezado a recorrer un entusiasta camino, que nos permitirá aumentar y emular los cinco sentidos humanos. Estos son algunos ejemplos:
Vista
El campo de la tecnología de asistencia para personas ciegas o con baja visión ha avanzado enormemente en los últimos años. Gracias a los avances en inteligencia artificial y visión artificial, ahora hay una amplia gama de herramientas y dispositivos no invasivos como, por ejemplo, las gafas inteligentes que utilizan la visión artificial para identificar objetos y texto, capaces de convertir la información visual en audio, que llega al usuario en tiempo real.
Oído
Los implantes cocleares, indicados para sorderas graves o profundas, están siendo utilizados por miles de personas. Son dispositivos electrónicos que sustituye al oído externo, medio e interno, con capacidad para recoger los sonidos, transformarlos en estímulos eléctricos para transmitirlos al nervio auditivo y restablecer el flujo de información que llega al cerebro. Por otra parte, los audífonos actuales son tan pequeños que apenas se notan. Funcionan para la mayoría de las personas y solo quienes tienen una pérdida auditiva profunda consideran la opción del implante.
Tacto
Uno de los inconvenientes de los brazos protésicos es la falta de retroalimentación. ¿Lo que tocamos está caliente o frío, es líquido o sólido, es suave o rugoso? En este caso, la tecnología vuelve al rescate. Investigadores de la Universidad de Bristol en Reino Unido han diseñado una yema de dedo impresa en 3D que imita los receptores táctiles de los dedos humanos, y que puede producir señales nerviosas artificiales que parecen grabaciones de nervios táctiles reales, terminaciones nerviosas llamadas mecanorreceptores, que pueden señalar la presión y la forma de un objeto.
Gusto
Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur y de la Universidad de Maine, en Estados Unidos, desarrollan herramientas electrónicas para engañar al cerebro. Por ejemplo, las sensaciones ácidas y saladas se detectan a través de los llamados canales iónicos, unas proteínas que controlan el paso de iones a través de membranas y que varían según el gradiente electroquímico de cada ion. Este tipo de inventos tienen aplicaciones muy reales: poder sentir que la comida está salada sin que tenga sal podría ser una bendición para todas aquellas personas con presión alta o problemas coronarios que tienen la sal prohibida.
Olfato
De los cinco sentidos, el olfato es el más desconocido, pero también el más poderoso y complejo, el que más recuerdos evoca y el que más perdura en nuestra memoria, en ocasiones incluso vinculado al estado de ánimo. Por eso, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Commonwealth de Virginia están desarrollando una neuroprótesis, a modo de “nariz biónica”, basada en procesamiento informático e inteligencia artificial, que cuenta con un sensor externo, conectado a un par de gafas, que se comunica con un chip microprocesador interno. El chip crea entonces huellas digitales únicas para diferentes olores, y envía la información a un receptor implantado en el cráneo del usuario, que genera la percepción del olor. En otro sentido, también se están produciendo avances para general olores de forma digital. La startup Osmo, procedente de Google Research, ha desarrollado un sistema capaz de predecir el olor de las moléculas basándose en su estructura, y cuyo objetivo es que los ordenadores sean capaces de generar olores, como ahora producen imagen y sonido.
Estas tecnologías que mejoran la capacidad humana pueden llegar a asustarnos y generar controversia, y es evidente que todo cambio de época tiene una parte de rupturismo con la anterior y de necesidad de adaptación. Pero la tecnología está cambiando el mundo y la sociedad, y va a cambiar el curso de la historia, de forma radical e inevitable. Y, a mi juicio, en lugar de ver el cambio como el final de algo, debemos aprender a verlo como un comienzo, y prepararnos para sacar el máximo provecho de lo nuevo que está por venir.
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