Las inmigraciones compensaron en 2023 la salida de 2.379 vecinos de las comarcas
El balance es favorable en 597 personas y solo fue negativo en Dozón | La mayoría de éxodos en Lalín son hacia el extranjero y en A Estrada, para otras provincias gallegas | El área recibió 870 ciudadanos de fuera de España

Andenes de la estación de autobuses de Lalín. / | Bernabé/Javier Lalín
La llegada de personas procedentes de fuera de España es un salvavidas al que se aferran los concellos de las comarcas para no perder más población y que estos nuevos vecinos compensen unos saldos vegetativos negativos: de media, por cada nacimiento, se producen anualmente tres decesos. Pero además existe otro factor determinante, que son los movimientos de entrada y salida de personas, pues Deza y Tabeirós-Montes no solo recibe gente cada año, sino que otras personas abandonan sus territorios.
Durante 2023 [el último balance oficial] un total de 2.379 vecinos del área se fueron a otros lugares, un dato considerable, pero que a la vez fue compensado con los 2.958 que se asentaron en las comarcas, con lo que el saldo fue positivo en 579 vecinos. Esta gráfica se sucede en la práctica totalidad de los nueve concellos, a excepción de Dozón, el único en el que los éxodos superan a los asentamientos. Los registros absolutos indican que en la emigración, destacan casi por igual las salidas hacia otras comunidades autónomas españolas como al extranjero, donde se contabilizan 420 y 425 casos. No obstante, es mayor el movimiento de personas que dejan las comarcas para empadronarse en otras provincias gallegas y en este grupo figuran 622. Esto es lo que acontece mayoritariamente en A Estrada, pues de los 451 éxodos de ese año, 181 fueron a municipios de A Coruña, Ourense o Lugo. A la capital de Tabeirós llegaron, en total, 672 vecinos, el porcentaje más elevado, también de localidades gallegas no pontevedresas. El saldo absoluto es positivo en 221 individuos.
A Lalín llegaron 986 personas, que compensaron las 820 salidas, de las que 234 corresponden a destinos fuera de España, mientras que a la capital dezana llegaron 396 extranjeros; es decir, cuatro de cada diez del total. El balance absoluto en Silleda también es favorable, en solo seis personas, una vez que este concello recibió 378, al tiempo que otros 317 dejaron el municipio. La mayor parte de los que se fueron lo hicieron a otra provincia gallega, mientras que entre los nuevos residentes sobresalen los extranjeros.
Vila de Cruces recibió exactamente 378 ciudadanos, cifra que está por delante de los 206 que marcharon. Los extranjeros son los más numerosos entre los que recalaron en el ayuntamiento y las provincias de Ourense, Lugo y A Coruña fueron los destinos más comunes entre os éxodos. Rodeiro perdió 103 residentes, cifra que se vio compensada con los 97 que se fueron, y Agolada también muestra un balance favorable en estos movimientos poblacionales, con 103 entradas y 71 salidas.
En el censo municipal de Forcarei se inscribieron 130 personas, que son 11 más de las que se borraron para emprender una nueva vida fuera de este ayuntamiento. Por último, en Cerdedo-Cotobade recalaron 327, frente a los 251 que se fueron. Entre los nuevos vecinos destacan los llegados de otras comunidades autónomas.
Cuatro de cada diez que emigran tienen entre 30 y 45 años
Los registros por tramos de edad de las personas que dejan las comarcas para irse a otros territorios nos permiten conocer el perfil medio del emigrante. Se trata de una persona con entre 30 y 45 años de edad pues, a tenor de los datos difundidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE), en este grupo se concentra el 43,6 por ciento de los ciudadanos que se fueron o, lo que es lo mismo, 1.038 del total de 2.379. El otro grupo con más peso es el que comprende individuos con 55 o más años (son 594).
Jóvenes
Si atendemos al fenómeno migratorio entre los ciudadanos más jóvenes de las comarcas hay que indicar que 249 tenían menos de 16 años, por lo que se entiende que son descendientes de aquellos incluidos en los grupos de edad antes mencionados, pero cerca de medio millar de emigrantes tenían entre 16 y 29 años, que representan algo más del 20% del total de éxodos. Por otra parte, la mitad de los lalinenses que dejaron este concello tenían entre 30 y 45 años, porcentaje que cae hasta el 38% en el caso de A Estrada, mientras que Silleda calca la estadística lalinense. La proporción en este segmento de edad en otros municipios se aproxima al 40% aunque se registran ligeras oscilaciones.
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