Miguel Álvarez: «Acabo de abrir cuatro cabañas con vistas espectaculares a los cañones del Sil»
Este joven emprendedor promueve un proyecto único en Calvos, un pequeño núcleo de Parada do Sil, en pleno corazón de la Ribera Sacra

Miguel en Calvos, Parda do Sil ante sus nuevas cabañas turísticas / Iñaki Osorio
A Miguel Álvarez su devoción por la Ribeira Sacra le viene de lejos, pues su abuelo ya poseía una hermosa bodega en Cristosende, en A Teixeira, que ahora han restaurado como vivienda familiar. Así que hace apenas unas semanas puso en marcha en el concello ourensano de Parada do Sil sus Cabañas Ribeira Sacra, una dotación integrada en la naturaleza que no distorsiona su entorno, en el pequeño núcleo de Calvos, y con una peculiaridad que las hace únicas y que emociona a los visitantes: «Estas cabañas de diseño son como un enorme balcón con vistas espectaculares a los cañones del Sil, en uno de sus tramos más bonitos», explica.
A sus 28 años, esta es su primera incursión directa en el mundo del turismo rural en esta emblemática zona, que está a la espera de materializar su sueño de ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
«Son unas cabañas cuidadas al máximo, con una superficie de 50 metros cuadrados cada una, hidromasaje, espacio para dos adultos más dos niños y todo el menaje y dotación completa para que las personas puedan desconectar y disfrutar en pleno contacto con la naturaleza» explica.

Vistas desde el interior del nuevo proyecto / Cedida
Parada do Sil no es ajena a este gran crecimiento turístico . De hecho el número de plazas hoteleras empieza a rozar, si no lo supera ya, la de habitantes del municipio, que está en el medio millar.
Si bien muchas de las familias y las parejas que se alojan en estas cabañas —dotadas también con su jacuzzi mirando a la imponente postal de los cañones— buscan desconexión, «tienen muy cerca zonas de restauración y hay un amplísimo programa en la zona de propuestas fluviales, de senderismo, BTT, miradores, la ruta de los monasterios. Es imposible aburrirse», explica Miguel.

El joven emprendedor con familiares y vecinos en el entorno de las cabañas turísticas / Iñaki Osorio
Amencer, Serán, Solpor o Luscofusco son el nombre de cada una de las cuatro cabañas, cuya fachadas acristaladas tienen la postal infinita de los cañones a sus pies.
En todo caso, Miguel se ha lanzado al mundo del emprendimiento convencido de que este enorme flujo de turistas a la Ribeira Sacra será un acicate, y que si se concede la declaración de la Unesco, el flujo será aún mayor si cabe. «No descartamos poner en marcha otras propuestas, extenderlo a otras zonas de la Ribeira Sacra si todo va como esperamos e incluso seguir ofreciendo nuevas actividades de tiempo libre en la zona aprovechando todos los recursos, en especial el que ofrecen estos cursos fluviales».
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