En plena bomba arancelaria, Donald Trump se jactaba anoche ante el Comité Nacional Republicano del Congreso de sus estratosféricas tasas. De smoking, aunque la elegancia no acompaña a sus formas. "Estos países nos están llamando, besándome el culo. Se están muriendo por hacer un trato. ¡Por favor, por favor, señor, un acuerdo! Haré lo que sea, haré lo que sea señor", ha dicho mofándose.
Tono chulesco ante la entrada hoy en vigor de sus llamados 'aranceles recíprocos' a la Unión Europea, China y otros 60 países. Pero ante los salvajes aranceles del 104%, China planta cara. Afirma un portavoz que Pekín tiene medios abundantes y voluntad firme y que contrarrestará el abuso con otras medidas efectivas. De momento: otro 84% de aranceles a los productos estadounidenses. El presidente chino aboga por fortalecer los lazos estratégicos con los países vecinos.