Quien ahora se sube en el coche es Yoli. Vive en una pequeña aldea gallega y comparte este coche con algunos de sus vecinos. Un único vehículo para once personas que hoy Serafín conduce por primera vez. Ellos y otros habitantes de la aldea han creado una comunidad energética. Comparten estas placas fotovoltaicas para dar servicio a sus casas y al coche comunitario. Hay una norma: deben dejarlo siempre con el mismo nivel de carga que tenía cuando lo cogieron.
