A la espera de saber qué ocurre con los aranceles de Trump, una bodega que exporta un 20% de su vino albariño a ese país tiene retenidos todos los envíos. En otra también están viendo cómo los pedidos se quedan en tierra. Los importadores estadounidenses temen mover el producto y que, por el camino, se ejecute la amenaza de aranceles del 200%. La incertidumbre se apodera del sector vitivinícola, que teme perder a su principal importador. En las Rías Baixas hay 85 bodegas que envían vino a Estados Unidos. Unas exportaciones que el año pasado generaron más de 23 millones de euros.