Un internet de las cosas «más inteligente»

La convergencia del internet de las cosas y la IA abre las puertas a sistemas digitales más inteligentes, autónomos y eficientes, pero también presenta retos que requieren de marcos legislativos claros

El internet de las cosas conecta elementos físicos cotidianos a otros dispositivos a través de la nube.

El internet de las cosas conecta elementos físicos cotidianos a otros dispositivos a través de la nube. / Freepik

Vigo

El internet de las cosas (IdC o IoT, por sus siglas en inglés), un proceso que permite conectar elementos físicos cotidianos a la red al tiempo que estos dispositivos se conectan con la nube e intercambian información entre sí, está cambiando el ámbito doméstico, pero también procesos en sectores como la sanidad, la industria y el transporte, entre otros. Su convergencia con la inteligencia artificial (IA) les permitirá, además, aprender, lo que abre un enorme abanico de oportunidades, pero también importantes desafíos. Por ello, el Día Internacional del Internet de las Cosas, que se conmemora hoy, se centra en la seguridad en la convergencia de ambas tecnologías.

Fernando Suárez, presidente del Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia (CPEIG), explica que la combinación del IdC con la IA abrirá la puerta a sistemas mucho más inteligentes, autónomos y eficientes. «La sensorización y el intercambio constante de datos permitirán que la IA tome decisiones en tiempo real, mejorando procesos en sectores como la salud (seguimiento remoto de pacientes y alertas tempranas), la industria (mantenimiento predictivo de maquinaria), el transporte (optimización del tráfico urbano) o la agricultura (gestión eficiente del riego y cultivos). Esta convergencia permitirá una digitalización más sostenible, reduciendo costes e impactos ambientales», explica.

Pero la extensión de la IdC y su integración con la IA también traen parejos desafíos y riesgos, ligados principalmente a la seguridad y a la ética. «La creciente interconexión de dispositivos multiplica los puntos vulnerables frente a ataques informáticos, y muchos de ellos no han sido diseñados con criterios de seguridad desde el origen. También existe el riesgo de pérdida de control sobre los datos personales y la privacidad», dice.

«Solo con una ciudadanía informada podremos construir una sociedad digital segura, responsable e inclusiva»

Fernando Suárez

— Presidente del Colexio Profesional de Enxeñaría Informática de Galicia

Suárez añade que para aprovechar las oportunidades sin caer en los peligros, es fundamental avanzar hacia marcos normativos claros, promover estándares comunes de seguridad y garantizar que la integración de estas tecnologías se haga con responsabilidad. «La colaboración entre gobiernos, empresas y profesionales de la tecnología será clave», dice.

Educación

Asimismo, es necesario la educación en seguridad de los usuarios sobre los riesgos que suponen estas tecnologías. «La mayoría de la ciudadanía emplea dispositivos conectados sin conocer realmente los riesgos que pueden implicar, como el robo de datos, la intrusión en la intimidad y el mal funcionamiento de los dispositivos por ataques externos. Existe una clara brecha de conocimiento en materia de seguridad digital, tanto de los usuarios como de pequeñas empresas, que deja expuestos muchos sistemas ante amenazas crecientes», advierte.

Por ello, entiende que es fundamental desarrollar campañas de divulgación y educación tecnológica, que expliquen de forma sencilla y práctica cómo funcionan estas tecnologías, qué beneficios ofrecen y qué riesgos implican. «La alfabetización digital debe incluir la comprensión de conceptos como ciberseguridad, privacidad y uso ético de la tecnología. Solo con una ciudadanía informada podremos construir una sociedad digital segura, responsable e inclusiva», expone.

También sería «un paso estratégico importante» que la UE dispusiera de navegadores desarrollados en el continente, lo que permitiría reducir la dependencia tecnológica y garantizar un mayor control sobre la privacidad y el tratamiento de los datos de los ciudadanos. «Además, reforzaría la soberanía digital de la UE y facilitaría la aplicación efectiva de la legislación europea, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). También impulsaría la innovación y la competitividad tecnológica europea», sostiene el informático gallego, que también es el presidente del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática-CCII, entidad que representa a la profesión de ingeniería informática española.

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