«Descentralizar Medicina puede ser beneficioso para todos»
El avance en la descentralización de la docencia del grado de Medicina ha provocado revuelo entre docentes de Santiago. ¿Qué opinan alumnos que ya están recibiendo prácticas en Vigo en sexto curso? Le ven beneficios para todos, mientras se haga de forma paulatina y organizada.

Desde la izq., Ana Pachón, Antía Domínguez y Francisco Romero. / Pablo Hernández Gamarra
Impartir Medicina es una vieja aspiración del Área Sanitaria de Vigo. La primera demandan la impulsaron en 1991 profesionales del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) que pedían una facultad propia. Tras 24 años de lucha, los vigueses aceptaron renunciar a ella en un pacto «histórico» en 2015 entre las tres universidades gallegas y las consellerías de Sanidade y Educación. A Coruña, también. A cambio, Santiago repartiría la docencia. Más de una década después, solo se ha consolidado la descentralización del sexto curso, completamente práctico, en hospitales de toda Galicia.
La voluntad de Sanidade de avanzar en esta línea en otros cursos ha causado un importante revuelo. Especialmente, entre el claustro de la facultad compostelana. Por el momento, solo hay acuerdo para dar un pequeño paso más: dar prácticas de quinto curso en más hospitales gallegos que el Clínico de Santiago. Alumnos de Medicina que cursan sexto en el Chuvi creen que la descentralización de la docencia «puede ser beneficioso para todos, tanto para los docentes como para los alumnos».
«Sin duda», a la viguesa Ana Pachón le viene bien estar cursando sexto en Vigo. «Estar en casa un año, después de haber estado cinco fuera, está bien», reconoce. Pero también por que «Santiago, al final, está un poco sobrecargado». «Es un hospital pequeño, somos muchísimos alumnos, no solo de Medicina, y de muchos años...», detalla, aunque explica que «si pones de tu parte, va bien».
Ese también es el motivo que ha llevado a Sanidade a impulsar el avance en la descentralización. Según cifras facilitadas por el conselleiro Antonio Gómez Caamaño, en dos años, el Clínico va a tener más de 1.500 alumnos en prácticas al mismo tiempo. «Es muy difícil mantener un nivel óptimo de docencia en esta situación», justificó.
En la promoción de Pachón llegaron unos 300 a tercero. «Si van a ser 400 a partir de ahora, en el hospital no caben», advierte. «Santiago es muy bueno a nivel docente, pero está totalmente masificado por estudiantes y, al final, salimos todos perdiendo», opina Antía Domínguez, también alumna de sexto. Cuenta que ha llegado a estar en una consulta «con el médico y otros tres alumnos», a parte de ella. «Para la privacidad y comodidad del paciente tampoco está bien», sostiene. En cambio, en Vigo siempre le ha coincidido estar ella sola como estudiante con un docente. «Es la dinámica aquí».
«Al final, no está tan sobrecargado, los profesionales están menos cansados, no tienen alumnos todos los días a todas horas y los pacientes no tienen a cinco personas entrando en la habitación», apoya Pachón. «Nos han tratado increíble, la acogida ha sido impresionante. Es gente joven, con muchas ganas de enseñar, con otro tipo e docencia. Es una oportunidad muy buena», defienden. Otro de sus compañeros, Francisco Romero, apunta también que al ser menos alumnos pueden elegir con «más facilidad» las especialidades que más les interesan.
En otros cursos
Ellos están satisfechos con su experiencia por lo que les parece «genial que se haga desde antes» con la práctica y de forma paulatina. Consideran que tampoco supondría demasiado cambio. Explican que en quinto y cuarto curso tienen un mes de prácticas en cada cuatrimestre y en tercero, dos semanas en cada uno. Además, destacan que en uno de los cuatrimestres de penúltimo año ya pueden elegir centros de salud de toda Galicia para las prácticas. Ana las hizo en Baiona y Antía, en Coia.
Durante el período de prácticas no reciben clases teóricas. «Si tuvieses que estar yendo a Santiago por las tardes, no; me parece que ya estamos muy sobrecargados como para empeorarlo», cuentan. Lo ven como una facilidad para aquellos que procedan de las áreas de Vigo y A Coruña. «No le vas a decir a uno de Málaga que se coja un piso en otro sitio por un mes y los trenes tampoco ayudan».
¿Y qué pasa con la teoría?
Francisco destaca que en Madrid y otras comunidades también se descentraliza la docencia teórica. Pero con esto son más cautelosos. «Aquí no sé con qué servicios sería, no puedo opinar», añade. Sí han visto algunas aulas de asignaturas con alumnos de varios años «en las que la gente casi no cabía». Pero son pocas.
Temen, por ejemplo, cómo se harían los exámenes. «¿Los de Vigo harían el mismo que en Santiago? Porque al no tener el mismo profesor, no todo el mundo imparte lo mismo...», plantean. «Si lo hacen, que lo estudien bien porque ya es una carrera muy dura, que te mina moralmente en muchas ocasiones. Si es para el beneficio tanto del profesorado como de los alumnos, para estar todos más en paz, más en calma, genial, pero que esté bien organizado».
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