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Pablo Hernández Gamarra
Ver galería >El Domingo de Resurreción estuvo marcado, además de por las lluvias, por las escenas de despedida en las estaciones de tren de la ciudad. Cientos de vigueses finalizaron sus días de descanso en casa antes de regresar a sus puestos de trabajo y estudio con escenas emotivas en Guixar y Urzáiz. Ni siquiera el refuerzo de 1.000 plazas por parte de Renfe permitió cubrir toda la demanda, ya que los billetes se agotaron en casi la totalidad de frecuencias entre este domingo y mañana lunes.
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El Domingo de Resurreción estuvo marcado, además de por las lluvias, por las escenas de despedida en las estaciones de tren de la ciudad. Cientos de vigueses finalizaron sus días de descanso en casa antes de regresar a sus puestos de trabajo y estudio con escenas emotivas en Guixar y Urzáiz. Ni siquiera el refuerzo de 1.000 plazas por parte de Renfe permitió cubrir toda la demanda, ya que los billetes se agotaron en casi la totalidad de frecuencias entre este domingo y mañana lunes.
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El Domingo de Resurreción estuvo marcado, además de por las lluvias, por las escenas de despedida en las estaciones de tren de la ciudad. Cientos de vigueses finalizaron sus días de descanso en casa antes de regresar a sus puestos de trabajo y estudio con escenas emotivas en Guixar y Urzáiz. Ni siquiera el refuerzo de 1.000 plazas por parte de Renfe permitió cubrir toda la demanda, ya que los billetes se agotaron en casi la totalidad de frecuencias entre este domingo y mañana lunes.
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