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Jose Lores
Ver galería >Pasadas las 19.30 horas, el ejército de Napoleón abandonó la ciudad embarcado en la goleta Evangelina Uno tras algo más de una semana de ocupación. «Que non quede ningún», entonó la milicia honrada minutos antes de tumbar la puerta de A Gamboa con la fuerza de las mujeres para acceder a la villa amurallada y, acto seguido, empujar a los soldados franceses hasta el Náutico. Fue el momento más emotivo de la representación de la Reconquista, que, una vez más, resultó un éxito absoluto del barrio antiguo.
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Pasadas las 19.30 horas, el ejército de Napoleón abandonó la ciudad embarcado en la goleta Evangelina Uno tras algo más de una semana de ocupación. «Que non quede ningún», entonó la milicia honrada minutos antes de tumbar la puerta de A Gamboa con la fuerza de las mujeres para acceder a la villa amurallada y, acto seguido, empujar a los soldados franceses hasta el Náutico. Fue el momento más emotivo de la representación de la Reconquista, que, una vez más, resultó un éxito absoluto del barrio antiguo.
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Pasadas las 19.30 horas, el ejército de Napoleón abandonó la ciudad embarcado en la goleta Evangelina Uno tras algo más de una semana de ocupación. «Que non quede ningún», entonó la milicia honrada minutos antes de tumbar la puerta de A Gamboa con la fuerza de las mujeres para acceder a la villa amurallada y, acto seguido, empujar a los soldados franceses hasta el Náutico. Fue el momento más emotivo de la representación de la Reconquista, que, una vez más, resultó un éxito absoluto del barrio antiguo.
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