La crónica inesperada de Vargas Llosa en Vigo: «He visto a Galicia tal como es»
El escritor peruano, fallecido este domingo, viajó a la ciudad olívica para cubrir el Mundial 82 y se sentó como un periodista más en la zona de prensa de Balaídos

Mario Vargas Llosa, momentos antes de ocupar su pupitre en la zona de prensa de Balaídos, junto a otro periodista peruano / Cameselle
Este lunes se ha conocido el fallecimiento del escritor Mario Vargas Llosa a los 89 años en Lima (Perú). Se apaga una de las grandes voces de la literatura en español, un autor que deja un legado incuantificable y una huella imborrable en la historia cultural de Latinoamérica y del mundo.
Pero entre los muchos capítulos menos conocidos de su vida, uno lleva a Vigo. Fue en la primavera de 1982, con motivo del Mundial de fútbol. Nadie en la ciudad esperaba encontrarse aquel 14 de junio con el reputado literato en Balaídos, pero allí estuvo. Mario Vargas Llosa se sentó en la zona de prensa del estadio vigués para cubrir el Italia–Polonia como un periodista más.
Lo hizo desde un pupitre en la grada de Río, junto a reporteros de medio mundo, pero con una aproximación muy personal. Así se lo explicó al periodista Luis Piñero, de FARO DE VIGO, que también cubría aquel evento: «Las crónicas que escribo no son especializadas, porque todos los periódicos tienen a sus corresponsales destacados. Son comentarios de un observador, de un simple aficionado que además escribe».
El autor de La ciudad y los perros, La casa verde o La fiesta del chivo se confesó un entusiasta del fútbol años antes de ganar el Nobel de Literatura. Un deporte al que, según lamentaba en aquella conversación, muchos intelectuales despreciaban por un «viejo perjuicio que no tiene ningún fundamento». «Existe una idea que asocia el deporte a la falta de inteligencia. Se cree que la mejor manera de cultivar la mente es alejándose del deporte, como si hubiera una incompatibilidad entre ambas cosas. El deporte es una magnífica actividad para practicarlo y divertirse, y de ninguna forma está reñido con la vida intelectual y espiritual», afirmó en Balaídos.
El encuentro entre Italia y Polonia fue el primero del Grupo 1 de aquel Mundial de Naranjito. En él también estaban las selecciones de Camerún y Perú —su país natal—, que jugó su partido en A Coruña. Hasta allí también se desplazó el escritor horas más tarde, tras aterrizar en Santiago y recorrer en coche parte de Galicia. Aquel viaje le dejó una gran impresión: «Me he quedado maravillado con el paisaje. El viaje por carretera hasta aquí es extraordinario. Es además el tipo de paisaje que a mí me encanta; verde, constante, sin una gota de tierra muerta, lleno de enorme suavidad con toda esa nostalgia que la mitología atribuye siempre al clima gallego. Así que realmente creo que he visto a Galicia tal como es».

Balaídos, sede del Mundial 82 /
Del partido en Vigo, Vargas Llosa recordaba que el ambiente fue mejor que el juego. Durante el descanso lo dijo claro: «El encuentro me parece decepcionante. Ninguno de los dos equipos está en sus mejores actuaciones. Parece que mucha gente de Vigo se lo hubiera olido por los huecos que se ven en el estadio». Y añadió: «He visto muchas críticas con la venta de entradas. Es posible que ahí esté el problema».
Tampoco pasó por alto el propio estadio. De Balaídos, que más de tres décadas después sería reformado en una obra que todavía dura, dijo que era «muy amplio y cómodo», y destacó el «césped en un estado inmejorable». Concluyó con un elogio a la instalación y una pequeña espina: «Tienen que sentirse satisfechos. Es triste que no hubiese venido más público».
Entrevista íntegra a Vargas Llosa en Faro de Vigo, publicada en 1982
Entrevista íntegra a Vargas Llosa en Faro de Vigo, publicada en 1982Aquel 0-0 entre la Italia de Rossi, Zoff, Conti o Tardelli y la Polonia de Boniek y Lato fue solo el principio de algo más grande: ambas selecciones volverían a cruzarse en semifinales. Italia ganó entonces por 2-0 y acabaría proclamándose campeona del mundo. Polonia fue la revelación del torneo y terminó tercera. Perú, pese al aliento de Vargas Llosa en Galicia, no consiguió pasar de la fase de grupos. Tampoco lo hizo la Camerún de Roger Milla y N'Kono. Los aficionados vigueses vivieron tres empates de los italianos en la ciudad: el de Polonia (0-0), el 1-1 con Perú y otro 1-1 contra Camerún.
Entre todos ellos, entre crónicas y reflexiones, estuvo Mario Vargas Llosa. Porque el deporte, Galicia y Vigo también fueron una pequeña parte de su literatura.
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