Nace otra borrica en A Toxa

Forma parte del proyecto de recuperación del burro "fariñeiro"

Nació esta misma mañana y ya ha estado mamando

Hace un mes había fallecido un joven ejemplar

La burra nacida esta mañana en A Toxa, junto a su madre.

La burra nacida esta mañana en A Toxa, junto a su madre. / FdV

Manuel Méndez

Manuel Méndez

O Grove

Hace un mes moría «Bazán», el primer burro fariñeiro (Equus asinus), pero no el único, nacido en la isla de A Toxa desde la implantación del proyecto de preservación de esta especie, en el año 2011. Esta mañana, su pérdida fue compensada con el nacimiento de un nuevo borrico.

Es una hembra, hija de «Maia» y hermana de «Vicente Bazán III», al que se puso ese nombre como homenaje a Vicente García Millán, uno de los primeros médicos de A Toxa, donde ejerció entre 1876 y 1917, tal y como explican en la concejalía de Medio Ambiente.

El ejemplar nacido ayer todavía no tiene nombre, pero también se le pondrá uno vinculado a la historia de la isla, como se hizo con «Emilia» y «Pardo», los dos primeros burros «fariñeiros» introducidos en este territorio para favorecer la recuperación de la especie. Habían sido bautizados así en honor de la literata Emilia Pardo Bazán.

De momento es pronto para decir si este nuevo ejemplar saldrá adelante o no, pero al menos no ha sido rechazado por su madre y ha estado mamando, lo cual es un buen indicio.

El año pasado, por estas fechas, había nacida otra burra, que venía a ser algo así como la tía de «Vicente Bazán III».

Este proyecto municipal no solo sirve para preservar al burro «fariñeiro», sino también para generar un aliciente añadido en el Monte Central de la isla.

De este modo, el recorrido por los senderos del Parque Forestal, la visita a la Aldea Grobit y el disfrute del parque canino pueden complementarse con el acercamiento a estos burros que se han adaptado perfectamente al entorno.

Miles de niños, llegados desde diferentes colegios de O Grove y de otras localidades gallegas, vecinos del municipio meco y de toda la comarca y turistas, han estado en algún momento a lo largo de estos años al lado de estos mansos animales.

Además de ser un aliciente más para quienes visitan la isla y servir de base para el desarrollo de trabajos escolares, los burros ayudan a mantener viva la leyenda que dice que las aguas termales y mineromedicinales de A Toxa fueron descubiertas, precisamente, gracias a un burro.

«Bazán» y los demás burros de A Toxa, hace dos semanas.

Los burros de A Toxa. / M. Méndez

Aquel que supuestamente un vecino trasladó a la isla para que pasara sus últimos días, pero que tras beber de las aguas minerales y retozar en los fangos con propiedades termales se salvó de una muerte segura.

El proyecto de los burros «fariñeiros», antiguamente usados para transportar la harina desde los molinos, estuvo financiado en sus orígenes por la Consellería de Medio Ambiente, con alrededor de 30.000 euros, y permitió habilitar un recinto apropiado para los animales, justo a la entrada del territorio insular.

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