Desde las costas salvajes y abiertas de la Costa da Morte y las Rías Altas hasta las más turísticas de las Rías Baixas, Galicia ofrece una gran variedad de playas para todos los gustos: grandes, pequeñas, nudistas, de arena fina, de piedras, de cristales... Sin embargo, existe una playa única que destaca por su singularidad: es la única playa de arena negra de Galicia. Situada en la provincia de A Coruña, la playa de Teixidelo es además, la única del mundo con arena negra de origen no volcánico. Dicho color se debe a otro motivo: las particulares condiciones geológicas que presenta este arenal, situado en la base de los acantilados de Vixía Herbeira, el punto máis alto de la serra da Capelada, donde se encuentra los acantilados con mayor cota sobre el nivel del mar de la Europa continental, con 613 metros de altura. Las rocas de peridotita que forman estos acantilados suelen hallarse en entornos volcánicos, pero su presencia aquí, en una localización costera no volcánica, es excepcional. Además, su arena negra no contiene ni un rastro de las arenas blancas y doradas que son típicas de otras playas gallegas. Esta rareza se debe a su exposición directa al mar abierto y a su lejanía de otras playas. Para llegar a la playa de Teixidelo, es necesario realizar una ruta compleja a través de senderos poco señalizados. Por esta razón, se recomienda hacer la excursión con un guía experimentado, como los que ofrece el Concello de Cedeira, que organizan visitas para mayores de 16 años en grupos de hasta 15 personas. Si se decide realizar la ruta sin guía, es crucial consultar el estado de las mareas, ya que con la marea alta la playa puede desaparecer casi por completo. El camino hacia la playa comienza junto al Cruceiro de Teixidelo, en un cruce antes de llegar al pueblo homónimo. Desde allí, una carretera asfaltada conduce hasta unas casitas, donde el camino se convierte en una senda de tierra que atraviesa la vegetación hasta llegar a la playa. Aunque el primer tramo del recorrido es sencillo, el descenso se complica con rocas y barro, lo que puede provocar caídas. Por ello, es importante extremar las precauciones y solo aventurarse si se tiene la agilidad necesaria. El paseo, de aproximadamente cinco kilómetros, permite admirar las formaciones rocosas y los vestigios de lo que antaño fue un valle glaciar. En este punto se puede apreciar la falla de Teixidelo, una grieta que atraviesa A Capelada desde hace 300 millones de años y de la que emergen formaciones rocosas en medio del valle. Una vez en la playa, entre las enormes rocas que la caracterizan, se pueden observar también los restos de un barco naufragado en los años 80, el Don Segundo Sombra, que hoy es un amasijo de hierro oxidado. Si las condiciones lo permiten, se puede recorrer el arenal hasta su extremo izquierdo, donde se encuentra la cascada de Teixidelo. Esta espectacular caída de agua desemboca en el mar, aunque en verano suele estar seca, por lo que merece la pena visitarla en otra época del año. Para el regreso, que completa una ruta de seis horas, se puede optar por cruzar la playa y bordear los acantilados si la marea lo permite, o bien repetir el trazado de bajada. De cualquier modo, una vez en la cima, es imprescindible tomarse un momento para disfrutar de todo lo que Vixía Herbeira tiene para ofrecer. La playa de Teixidelo es, sin duda, una joya escondida de Galicia, un lugar donde la naturaleza muestra su lado más salvaje y sorprendente.