El temor a que el uso del ChatGPT en la universidad pueda comprometer o dificultar el aprendizaje de los estudiantes, o el miedo a equivocarse en su utilización, causa ansiedad en las profesoras universitarias, mientras que en los docentes varones no existe este problema. Esta es una de las principales conclusiones del estudio realizado por los profesores del Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universiad de Las Palmas de Gran Canaria, Alicia Bolívar Cruz y Domingo Verano Tacoronte, ambos investigadores del Instituto Universitario de Turismo y Desarrollo Económico Sostenible (TIDES), para determinar cómo influye el género entre el profesorado universitario a la hora de incorporar a la docencia la inteligencia artificial generativa, en concreto ChatGPT. Los investigadores enviaron un formulario a profesorado de distintas universidades públicas españolas, y obtuvieron una muestra de 249 docentes con las que analizaron los factores que determinan la intención del profesorado de hacer uso de ChatGPT en su actividad académica, centrándose en cómo influyen la ansiedad generada por esta tecnología y el género en su adopción dentro del aula, comprobando que las docentes temen más un posible impacto negativo de esta herramienta en el aprendizaje del alumnado que sus colegas varones. La primera parte del estudio se centró en analizar entre el profesorado participante, sin distinción de género, la percepción de utilidad del ChatGPT como herramienta de trabajo para mejorar la eficacia y eficiencia de la actividad docente (expectativa de rendimiento), el disponer de apoyo técnico y dispositivos compatibles (condiciones facilitadoras) y la percepción de la facilidad de uso (expectativa de esfuerzo). Concluyeron que tanto para hombres como para mujeres, la expectativa de rendimiento y la facilidad de uso son determinantes a la hora de decidir el uso de la IA generativa. En este análisis, una de las partes más novedosas fue medir el nivel de ansiedad que puede causar entre los docentes el uso de esta herramienta de IA generativa, distinguiendo entre tres tipos: la ansiedad que tiene que ver con la utilización de la tecnología, "si hacer uso del ChatGPT me genera o no ansiedad, porque no la conozco, porque pienso que me puedo equivocar"; la relacionada con el aprendizaje de los estudiantes (entorno académico), "en el sentido de que pienso que si mis estudiantes hacen uso de esta herramienta eso puede dificultar su aprendizaje"; y la ansiedad que tiene que ver con la posible creencia de que dicha herramienta pueda sustituir al profesor. "Cuando analizamos la muestra en su conjunto, sin distinción de género, de los tres tipos de ansiedad solo era significativa la relacionada con que ChatGPT pudiera comprometer el aprendizaje del estudiantado. Existe cero preocupación porque la inteligencia artificial sustituya al docente, quizás por el contexto de que son profesores de universidades públicas donde hay una cierta estabilidad en el empleo", indicó la profesora Bolívar. La segunda parte del estudio consistió en hacer un análisis por géneros "porque tradicionalmente la literatura reporta que las mujeres tienen más miedo o ansiedad ante el uso de cualquier tecnología, y queríamos ver si realmente pasaba eso en nuestro estudio al separar hombres y mujeres". Entre los datos obtenidos figura que los docentes universitarios varones tienen más marcadas la percepción de utilidad de la inteligencia artificial y las condiciones facilitadoras, y no les genera ningún tipo de ansiedad o miedo el perder el trabajo, ni la posibilidad de equivocarse, ni tampoco la de que el aprendizaje de los estudiantes se pueda ver comprometido. Sin embargo, cuando analizaron las muestras de las mujeres, además de las dos variables que seguían saliendo significativas, la de las condiciones facilitadoras y la de la percepción de utilidad, también se vio que la ansiedad o preocupación por el aprendizaje de los estudiantes y la preocupación por errores en el uso, eran dos variables que hacían que las mujeres tuvieran menos intención de hacer uso del ChatGPT. No así la posible pérdida de trabajo, que no preocupa a ninguno de los dos colectivos. En base a estos resultados, los autores, Domingo Verano y Alicia Bolívar, consideran que es preciso tener presente las percepciones individuales, el género y los factores contextuales a la hora de implementar medidas para favorecer el uso de la inteligencia artificial generativa en el aula. "A partir de estos resultados, lo que queremos es indagar en las razones de estas diferencias por género, por qué las mujeres muestran esa mayor preocupación. Ya sabíamos lo del uso de la tecnología, porque se había estudiado anteriormente y se ha corroborado, pero la del temor por el aprendizaje de los estudiantes es algo nuevo, esa preocupación sí frena a las profesoras el hacer uso del ChatGPT, pero a los docentes universitarios varones no", avanzó Alicia Bolívar.