Sergio Raposeiras: «El estudio demostró que la medicación reduce un 28% los ingresos en un año»
El pontevedrés, cardiólogo en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y colaborador externo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, es el investigador principal de un ensayo clínico que se acaba de presentar en Estados Unidos y que demuestra que un fármaco para la diabetes mejora el pronóstico de determinados pacientes cardíacos

Sergio Raposeiras-Roubín, ayer en el parque de las Palmeras de Pontevedra. / GUSTAVO SANTOS
El cardiólogo pontevedrés Sergio Raposeiras-Roubín acaba de llegar de Estados Unidos, donde ha presentado los resultados de una investigación que demuestra que un fármaco para la diabetes mejora el pronóstico de los pacientes sometidos a una intervención valvular cardíaca. El estudio fue coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, en el que trabaja Raposeiras desde 2016. Además, ha sido publicado en la revista The New England Journal of Medicine.
Está recién llegado de Estados Unidos, ¿dónde ha presentado el estudio?
En el congreso del American College of Cardilogy, que se celebra en Chicago. Son las Late-Breaking III Clinical Trials, para ensayos clínicos relevantes. Teníamos un breve tiempo para una presentación previa y después un turno de preguntas con periodistas especializados de todo el mundo. Antes ya lo habíamos publicado en The New England Journal of Medicine, la revista de medicina más prestigiosa.
¿Cuándo comenzó y concluyó el ensayo?
Se empezó en 2021 y el último seguimiento se hizo en diciembre de 2024. Después se hicieron los análisis, por eso se presenta ahora. Fueron 1.257 personas las participantes, pacientes de 39 hospitales de España. Aquí en Galicia estaban los de A Coruña, Santiago y Vigo. Son todos pacientes con una valvulopatía, por eso son de muchas partes de Galicia. Así, por ejemplo, hay muchos del área sanitaria de Pontevedra, que para intervenciones urgentes de Cardiología acuden a Vigo y para programadas a Santiago.
«Fueron 1.257 participantes, pacientes de 39 hospitales de España»
La conclusión del estudio es un antes y un después en el ámbito de la cardiología: un fármaco que mejora el pronóstico de pacientes con intervención valvular.
Es una medicación que elimina azúcar por la orina, por eso se usa para la diabetes. Lo que ocurre es que también elimina líquido, agua, por lo que la gente orina un poquito más. Lo que hicimos fue dar a esos pacientes que tienen esa valvulopatía, y que generalmente tienen tendencia a acumular líquido, esta medicación para ver si les ayudaba a eliminarlo. Y así fue, no volvían a ingresar por acúmulos de líquido. El principio activo de esta medicación es la dapagliflozina. Ya se estaba probando en algunos pacientes del corazón, y nosotros lo que hicimos fue probarlo con estos de valvulopatías.
¿Qué es exactamente una valvulopatía?
Existe cuando la válvula aórtica, que es de donde sale la sangre del corazón al resto del organismo, no abre todo lo bien que debería abrir, tiene tendencia a estar tapada. Es algo muy frecuente con la edad. Puede ser genética o, más habitual, degenerativa, por la acumulación de calcio, que hace que la válvula no abra bien. Hoy por hoy no hay forma de evitarlo. Por ello se coloca una válvula pinchando por la pierna, como en un cateterismo.
¿Qué cambio supuso el fármaco?
Nosotros lo que veíamos es que muchos pacientes volvían a ingresar por insuficiencia cardíaca, uno de cada cinco, ahí fue cuando decidimos probar qué ocurría si les dábamos esa medicación. Hay que recordar que la insuficiencia cardíaca se asocia a mayor mortalidad. El tratamiento redujo un 28% los ingresos en un año, es un porcentaje alto, supuso quitar hasta uno de cada cuatro reingresos.
«Es una mediación que elimina azúcar por la orina, pero también líquido, agua»
¿Cuál era el perfil de los pacientes?
Son personas mayores, con una edad media de 82 años. Los participantes tenían entre 60 y 99 años. Siete de cada diez tenían más de 80 años. Son muy añosos porque, por suerte, cada vez la gente vive más, pero implica que tengan más riesgo de desarrollar este tipo de valvulopatías.
¿Son personas con riesgo de ictus?
Generalmente tienen riesgo de angina, con dolor en el pecho; acúmulo de líquido, que es la insuficiencia cardíaca, o mareos con pérdida de conocimiento.
¿Cómo fue la respuesta de los hospitales del resto de España a la hora de colaborar?
Fue muy buena. Tenemos muy buena relación con un compañero de Valladolid, Ignacio Amat, coinvestigador principal del ensayo, que había hecho un trabajo con otros centros en este tipo de pacientes. Aprovechamos la red que él tenía para llegar a ellos más los contactos que nosotros teníamos.
¿Se aplicará ahora esta medicación a nivel general?
Una vez que se publica en The New England Journal of Medicine tiene mucho impacto. Aún no aparece en las guías, que se actualizarán en agosto, y que son las que siguen los cardiólogos. Lo lógico es incorporen este estudio, aunque mucha gente ya lo utilizará antes, nosotros ya podemos hacerlo.
«En toda Europa ya se prescriben más los nuevos anticoagulantes que el Sintrom»
Galicia se está quedando atrás en la prescripción de los anticoagulantes que no son Sintrom, ¿qué opina?
En toda Europa ya se prescriben más los nuevos anticoagulantes, que ya no son tan nuevos, que el Sintrom, excepto nosotros. Portugal, por ejemplo, ya los prescribe. Dentro de España, aún encima, Galicia, Asturias y Extremadura son las que peor están en este sentido. No es nada justo. El algo que nosotros no entendemos. Esperemos que cuando haya genéricos de todos se empiecen a prescribir. Son razones puramente económicas, es muy injusto lo que pasa en estas tres comunidades. Aquí hay que estar seis meses con el Sintrom y ver que en ese tiempo no eres capaz de controlarlo. A partir de ese tiempo te lo financian. También si ya tuviste un ictus.
En general, ¿la población se cuida para evitar problemas cardiovasculares?
La población cada vez está más concienciada. Cambió mucho nuestra forma de vida: hace 50 ó 60 años nuestros padres, abuelos, tenían una vida más activa, hacían más actividad física porque tenían que ir con los animales, trabajar la tierra... Aunque no comieran todo lo sano que se debe, también quemaban mucho. La nuestra ahora es una vida más sedentaria, con más estrés y todo va más rápido.
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