Sonia Iglesias, declarada como fallecida once años después de su desaparición
La pontevedresa desapareció el 18 de agosto de 2010 y tras la muerte de su pareja y único sospechoso se perdió toda esperanza de resolver el caso
La última manifestación que la familia y amigos de Sonia Iglesias celebraron, en agosto de 2019. | // RAFA VÁZQUEZ / P. C.
P. C.
Juzgado de Primera Instancia Número 5 de Pontevedra ha declarado oficialmente muerta a Sonia Iglesias Eirín. La familia de la joven pontevedresa, concretamente su hijo Alejandro, solicitó que se iniciara el expediente de declaración de su fallecimiento coincidiendo con el décimo aniversario de su desaparición, en agosto de 2020. Ese expediente se abriría el 24 de noviembre de 2020 y se cerró en mayo del año pasado, tras la correspondiente exposición pública y el posterior visto bueno de la Fiscalía.Así, y tal como dicta la jurisprudencia, la fecha oficial de la muerte de Sonia será entonces el 18 de agosto de 2020, diez años después de su desaparición, el plazo legal existente para solicitar una declaración de fallecimiento en personas desaparecidas.
Con la muerte de la pareja de Sonia y único sospechoso, Julio Araújo, en septiembre de 2020, tras cuatro años padeciendo cáncer de pulmón, se perdió también casi toda la esperanza de llegar a resolver el caso.
El 18 de agosto del año 2010 la pontevedresa Sonia Iglesias desaparecía. Tenía 37 años y un hijo en común con Julio Araújo, el único imputado hasta el momento en un caso que a día de hoy sigue sin resolver. Son once años en los que la incertidumbre ha supuesto el mayor de los dolores para la familia, que, además, perdió en mayo del año pasado al cabeza de familia. Alejandro Iglesias Rodríguez, padre de Sonia, fallecía a los 73 años de edad sin llegar a conocer el paradero de la joven. Su salud había empeorado a raíz del sufrimiento que supuso para todos ello el caso.
Desde que tuvo lugar la pandemia por el COVID, la familia no ha vuelto a celebrar la tradicional manifestación en recuerdo de Sonia y con el fin de reclamar a las autoridades policiales que su caso no caiga en el olvido.
De hecho, la última marcha en la calle tuvo lugar el 31 de agosto de 2019. Los últimos movimientos policiales al respecto tuvieron lugar en el mes de enero de ese mismo año con el registro de un pozo en la parroquia pontevedresa de Marcón, a poca distancia de la casa propiedad de los Araújo que había sido registrada dos años antes. En esta vivienda, precisamente, había vivido la pareja al poco de casarse.
La familia y amigos más íntimos de la joven pontevedresa siempre centraron sus sospechas en alguien muy cercano y rechazaron de pleno todas las teorías infundadas de una fuga voluntaria. La investigación policial sigue activa, aunque la causa por la desaparición está archivada provisionalmente.
El día en que Sonia Iglesias desapareció, el 18 de agosto de 2010, se había citado con Julio Araújo, al que, según su familia, había transmitido su intención de separarse. Entonces tenían un hijo en común, de nueve años.
Aunque Araújo fue imputado, se acogió a su derecho de no declarar. Con su muerte se fueron también las respuestas a muchas incógnitas sin resolver sobre el caso.
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