Literatura e historia | Lola Fernández Pazos Autora de "El secreto de La Perfección"

«Hacen falta más mujeres como la ‘señorita de Massó’, para un gobierno menos competitivo y más humano»

Lola Fernández Pazos ante la antigua factoría de Massó en Cangas con su novela "El secreto de La Perfección".

Lola Fernández Pazos ante la antigua factoría de Massó en Cangas con su novela "El secreto de La Perfección". / Cedida por la autora

Bueu

Lola Fernández Pazos (Madrid, 1969, y de familia materna de Marín) acaba de publicar su nueva novela, «El secreto de La Perfección», un nombre que hace referencia al primer nombre de la conservera de Massó –creada en 1883– y es una historia ambientada entre Bueu, Marín, Madrid y Uruguay. La autora, que ya logró un importante éxito con su anterior novela "El Pazo de Lourizán" es la invitada del lunes en el Club FARO –en el salón de actos del MARCO a las 20.00 hy el miércoles estará en Bueu, en la Sala Noble del Museo Massó, en un acto organizado por la Librería Miranda 19.30 horas.

-¿Cómo se siente ante la oportunidad de presentar la novela en la Sala Noble del Museo Massó (en la novela Massip)?

-Me siento muy afortunada. Como si yo misma fuera Elvira Fandiño, la trabajadora de La Perfección que protagoniza la segunda parte de «El Secreto de La Perfección» y viniera a Bueu a decirle a todos los bueueses «mirad así ocurrió». Porque esa vida inventada representa la experiencia de todas las mujeres que trabajaron en la conserva de las Rías Baixas, con quienes hablé y cuyos testimonios leí. Presentarlo en el Museo Massó, en la casa de esos industriales catalanes, para mí es todo un honor. Por ello quiero agradecer tanto la labor de Fernando Miranda –de la Librería Miranda–, como la aceptación por parte de la directora del museo [Covandonda López] y la Xunta.

Lola Fernández Pazos en Marín junto al librero de Bueu Fernando Miranda.

Lola Fernández Pazos en Marín junto al librero de Bueu Fernando Miranda. / Cedida por la autora

-¿Esta presentación en Bueu era una parada obligada?

-Por supuesto, presentar mi nueva novela en todo O Morrazo y dar a conocer al mundo su historia, patrimonio industrial y parajes supone para mí la mayor satisfacción que tengo como escritora, como me ocurrió con «El Pazo de Lourizán». En este caso, «El Secreto de La Perfección» habla de los lugares más queridos de mi vida como Marín, con la playa de Portocelo; Bueu o Beluso a través de playa de Lagos. Me quise convertir en la voz de O Morrazo para explicar sus vidas.

«El Secreto de La Perfección» habla de los lugares más queridos de mi vida como Marín, con la playa de Portocelo; Bueu o Beluso a través de playa de Lagos. Me quise convertir en la voz de O Morrazo para explicar sus vidas.

-¿Cuál es el origen de esta historia en la que se entrelaza la emigración hacia América, el impulso económico de los fomentadores catalanes y el inevitable amor?

-Como dice, son tres temas que quería tocar: más que amor, el dolor profundo del desamor y la decepción; la invasión de las barretinas para crear el imperio de la conserva en España; así como la emigración a América, asuntos que todos los descendientes de O Morrazo llevamos en nuestro ADN. Mi tía abuela era catalana casada con un gallego, en mi familia muchos se marcharon a América… y yo misma he vivido varias veces la traición de grandes amores. Suponía todo una combinación perfecta.

-¿Cómo fue el proceso de documentación para dar verosimilitud a la historia?

-Lo primero que hice fue desplazarme al Museo Massó y tomar buena nota de todo. Allí mismo compré muchísimos libros, luego me acerqué a la fábrica de los Massó en Cangas y conseguí ver su interior porque ese día incluso estaban apuntillando el tejado. También me dirigí a la ballenera, al hotel, a la escuela, a la guardería, al barrio chino, a las casitas de los trabajadores. Contraste toda la información con Faro de Vigo, que para mí es mi periódico de referencia por ser el decano de la prensa española y el que leía toda mi familia. Hice la ruta de Cangas de Illa dos Ratos, hablé con hijas y nietas de trabajadoras, algunas de ellas miembros del Club de Lectura Planeta de Lectoras Tolas.

-Uno de los personajes reales que aparece en la novela bajo el nombre de Amara María Santos Lareira es la “señorita de Massó”, que era como se conocía en Cangas a Ana María Soto Landeira, la primera trabajadora social en Galicia. En un momento en que se ponen en entredicho derechos laborales y conquistas sociales, ¿qué podemos aprender de la apuesta de los Massó por ofrecer atención sanitaria y social a su plantilla, en especial a las mujeres?

-Para mí, este tipo de mujeres son las artífices de dar un giro a la historia. No la historia pequeña, sino a la gran historia. Tenemos que ser conscientes de que gracias a ella, niñas y niños de O Morrazo pudieron estudiar y eso imprimió un cambio drástico a la comarca. La educación y la cultura implican profundas transformaciones sociales. Y esta pequeña mujer de estatura, pero de inmenso corazón consiguió muchísimo, mucho más que lo que logran ahora abultados departamentos de recursos humanos, donde lo que menos impera es la humanidad. Ella, tan humana, tan empática, tan influyente supone un referente para todas las mujeres profesionales que trabajamos en el siglo XXI. Su manera de influir en los grandes empresarios nos ofrece una visión que deberíamos seguir. Necesitamos más Ana María Soto en el mundo para que gobiernen de una manera menos competitiva y más humana

Ana María Soto Landeira, esta pequeña mujer de estatura, pero de inmenso corazón consiguió muchísimo, mucho más que lo que logran ahora abultados departamentos de recursos humanos, donde lo que menos impera es la humanidad

-Como periodista especializada en economía, ¿cómo analiza la desaparición y bajada a los infiernos de Massó?

-Le pasó lo mismo a mi familia y lo cuento en “El Pazo de Lourizán”, con la fábrica de hielo “La Polar”, que tenía una filial en Pontevedra y Marín. Pertenezco a una generación, los biznietos que ya no les quedó nada del patrimonio, apenas algunas tierras. Y esto demuestra algo que como periodista económica he comprobado múltiples veces: los patrimonios familiares se derrumban por no saber adaptarse al progreso y no realizar una transición hacia una gestión más profesionalizada, como por ejemplo, sí ha realizado Amancio Ortega

La autora en otro de los espacios del lugar de O Salgueirón, en Cangas.

La autora en otro de los espacios del lugar de O Salgueirón, en Cangas. / Cedida por la autora

-¿Cuánto hay de usted misma en los personajes de Lúa y Elvira Fandiño?

-Mucho. Al igual que ellas he tenido que convertirme en una mujer fuerte pese al desamor, la enfermedad o las circunstancias económicas adversas. Pero al igual que Jane Austen, mi autora preferida, he dejado al final de mis novelas un mensaje positivo. De esperanza y fe en el devenir. Todo puede cambiar en cualquier momento y hay que seguir adelante.

-En el prólogo de esta novela cita una advertencia contenida ya en «El Pazo de Lourizán» sobre los diablos sin alma y el lado oscuro de la vida, ¿quiénes son esos diablos de los que debemos mantenernos alejados?

 -Para mí, son los mentirosos, los que ocultan sus verdaderas intenciones y engañan, que de esa manera nos despojan de nuestro criterio, porque si hubiéramos sabido la verdad a lo mejor habríamos actuado de otra forma. Los envidiosos que intentan dañar a quienes no soportan por su forma de ser, su éxito… De todos ellos hay que marcharse y no dar ninguna explicación. Como digo yo: «puerta»

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