La plaza de Cangas reabre tras el «lavado de cara»

Como pasa en las plazas de toros, en la de abastos de Cangas hay «división de opiniones» tras las obras que se ejecutaron en poco más de una semana para acondicionar y sanear la cubierta. Ayer volvió la actividad, con ventas «flojas».

Cangas

«Ni con lavado de cara esto remonta», suspiraba ayer una pescantina de la plaza de abastos de Cangas «medianamente satisfecha» con las obras realizadas desde hace diez días por encargo del Concello y exigencia de Sanidade, pero «menos contenta» por la escasez de clientela, a pesar de ser primeros de mes. Apenas una veintena de compradores rondaban los mostradores a esa hora ,en torno al mediodía de un martes de mercadillo. «As prazas morren», sentenció una compañera, abriendo un pequeño debate sobre la necesidad de adecuarse a los tiempos: «Se queremos competir cos supermercados, temos que darlle servizos á xente», con instalaciones dignas, productos y horarios acordes con las nuevas exigencias, propone un veterano vendedor.

G.Núñez

G.Núñez

«Hoxe a asistencia é floxa, pero en xeral a xente está contenta cos traballos realizados», sostiene el personal municipal que se encarga del control del mercado de abastos. Algunos vendedores aprovecharon las obras para tomarse unas breves vacaciones , aunque la mayoría regresó ayer a sus puestos. «Me gustaban más las vigas pintadas de blanco, como estaban, que así, de gris», matizan desde una carnicería, y una charcutera repara en que los obreros no han sustituido un cristal roto del lucernario por donde entra lluvia y que aún quedan planchas de pladur «a medio terminar». Se debe a que están empapadas de humedad y habrá que esperar para retocarlas y pintarlas, reconocen los técnicos.

Sanidade obligó a subsanar deficiencias en las vigas de la estructura metálica, ya que con el paso del tiempo la pintura empezó a desconchar y caer sobre los puestos. Los trabajos en el interior terminaron el fin de semana, conforme a las previsiones, y el lunes se reservó para tareas de limpieza antes de reabrir, ayer. Por la tarde se valló el entorno para limpiar los canalones y dar un chorreo a las fachadas.

La fecha de cierre, última semana de mes, se eligió por ser más floja en ventas y para tener las instalaciones acondicionadas para Semana Santa, cuando se espera una mayor afluencia de visitantes. Las previsiones son optimistas, «si el tiempo acompaña», sobre todo los viernes de mercadillo ambulante. El colectivo no prevé celebrarlo el Viernes de los Dolores y prefiere reservar las citas extraordinarias para el verano.

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