Bouzas, la villa que se adentró en el mar

El mar llegaba hasta la mismísima iglesia de San Miguel y su rectoral, construidas sobre la playa. A finales del pasado siglo, la industria naval y la pujanza de la automoción de la mano urgieron nuevos espacios, que se ganaron a base de rellenos

El mar llegaba hasta la mismísima iglesia de San Miguel y su rectoral, construidas sobre la playa. Esta imagen, de principios del siglo XX muestra una estampa muy diferente a la actual, en la que los rellenos movieron los “marcos” de Bouzas mar adentro.

Esta villa, eminentemente marinera, fue independiente hasta 1904, cuando se unió a la de Vigo. El núcleo histórico boucense, Alcabre, Coia, Comesaña, Coruxo, Matamá, Navia, Oia y Saiáns pasaron a depender directamente de la administración olívica.

Los avances industriales y comerciales del pasado siglo modificaron profundamente la fisionomía y actividad de Bouzas. Abocada al mar, la industria naval y la pujanza de la automoción de la mano de la entonces Citroën (hoy Stellantis), urgieron nuevos espacios. Estos se ganaron al mar a través de rellenos, con la contestación de vecinos, marineros, mariscadores y colectivos ecologistas.

Culminaron a finales de la década de los 80 y principios de los 90, hasta dotar a la villa marinera de su actual configuración.

Este es el repaso histórico de la evolución de aquella villa que adentró en el mar empujada por la industria. 

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