Poder pasear al lado de la ría de Vigo sin tener que salir del núcleo urbano, mejorar la gestión del segundo recinto ferial de Galicia, practicar deporte en unas instalaciones dignas o no sufrir cortes de agua por la sequía y el cambio climático. Los efectos de la falta de acuerdos entre Concello y Xunta van mucho más allá de lo dialéctico y son tangibles. La mano tendida de Alfonso Rueda en la inauguración del paseo de Beiramar este martes abría una «senda de la concordia» escenificada en una imagen tan curiosa como histórica: casi medio centenar de representantes políticos, económicos, sociales o policiales caminando juntos por ella. Este acercamiento venía acompañado de nombres propios en las propuestas a activar o desbloquear: los túneles de Beiramar y Elduayen, el frente marítimo de la ETEA en Teis o las pistas de atletismo de Balaídos. Todos ellos, proyectos enquistados desde hace lustros o décadas y que tras la reunión del pasado 25 de junio revivían antes de encallar de nuevo. El divorcio tiene así un coste aproximado de 250 millones de euros en inversiones pendientes de ejecutar por falta de acuerdo, así como otras de alto valor cualitativo en lugar de cuantitativo. El caso de los subterráneos es el que más impacta, ya que sin la cofinanciación local y autonómica difícilmente se podrían ejecutar. En el de Elduayen el coste estimado ronda los 24 millones de euros para prolongar el actual (y sin uso) de Porta do Sol. El desencuentro es numérico al tomar como referencia el de O Parrote en A Coruña: la Xunta propone igualar los 8 millones y el Concello exige el porcentaje aportado. En Beiramar todavía no se ha llegado a ese punto de discusión. La extensión del actual desde O Berbés requerirá de un acuerdo con el Puerto y sus usuarios, quienes ya han puesto condiciones para un proyecto que rondará los 135 millones de euros. En el caso de la ETEA, Zona Franca tenía prevista una inversión de 8,5 millones para la urbanización de la Praza de Armas y otros viales y otros 7,1 para la construcción del aparcamiento. El Consorcio dirigido por David Regades aportaría una cifra similar (16 millones) para entrar en el patronato del Ifevi, financiando así parte de la futura ampliación. En su última entrevista en FARO, Caballero puso como condición para negociar esta entrada la retirada del cartel con el logo de la Xunta visible desde el exterior. De vital importancia es el caso del agua. El «Estudio de alternativas y documento ambiental para la mejora de la garantía del abastecimiento en la zona sur de la provincia de Pontevedra» de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil fijó en 2022 las cinco actuaciones necesarias para evitar las sequías en el área durante el próximo siglo. La más importante, una pequeña presa de abastecimiento por encima de Eiras con 7,4 hectómetros cúbicos en Forzáns, lo que generó el rechazo frontal de los concellos afectados y la Xunta. El estreno de la ETAP de O Casal el pasado año garantiza por el momento el suministro incluso con niveles inferiores al 35%, aunque los efectos del cambio climático apremian a acciones de calado. El que va camino de ser un clásico en los presupuestos anuales de ambos gobiernos es el proyecto de reforma de las pistas de atletismo en Balaídos. La Xunta acordó no participar en el lifting del estadio a cambio de hacerlo en el vetusto tartán, cuyo presupuesto superaría los 9 millones de euros. Sin embargo, el Concello todavía no lo ha remitido y sus obras no se van a poder acompasar con las de Gol. Completa el listado el último frente abierto hace escasos dos meses. El centro de asociacionismo proyectado en los viejos juzgados de la rúa Lalín vio su licencia suspendida tras percatarse el Concello que la titularidad del suelo era suya. El diseño de Alfonso Penela estaba casi adjudicado 18,78 millones cuando el gobierno local anunció su deseo de trasladar allí dependencias que ya no entran en la sede de Praza do Rei. Completan este listado de asignaturas pendientes otras cuestiones más simbólicas como la integración de Vitrasa en el Transporte Metropolitano de Galicia o la Ley del Área Metropolitana. También la reordenación del anillo forestal que podría evitar incendios como los de 2017 y para el cual la Mancomunidad de Montes de Vigo ha pedido avances incansablemente. El primer encuentro bilateral entre Rueda y Caballero el pasado verano llegaba en el momento perfecto para iniciar una paz duradera entre ambas administraciones. Las incontestables mayorías absolutas de ambos en mayo de 2023 y febrero de 2024, el fin del ciclo electoral con las europeas o el acercamiento a la Diputación de Luis López apuntaban a un escenario mucho más favorable que en etapas previas con Feijóo. Nada más lejos de la realidad. El divorcio entre Rueda y Caballero va desde el ámbito de financiación —donde uno pide más fondos o transferencias— a cuestiones incluso culturales como la programación de conciertos o el Teatro Fraga o publicitarias, confrontando el Camino de Santiago con la Navidad de Vigo.