Pasadas las 19.30 horas, el ejército de Napoleón abandonó la ciudad embarcado en la goleta Evangelina Uno tras algo más de una semana de ocupación. «Que non quede ningún», entonó la milicia honrada minutos antes de tumbar la puerta de A Gamboa con la fuerza de las mujeres para acceder a la villa amurallada y, acto seguido, empujar a los soldados franceses hasta el Náutico. Fue el momento más emotivo de la representación de la Reconquista, que, una vez más, resultó un éxito absoluto del barrio antiguo. El alcalde, Abel Caballero, cifró en más de 250.000 personas la afluencia en tres días a esta fiesta de interés turístico nacional, que se hace realidad gracias al trabajo de la Asociación Veciñal e Cultural Casco Vello de Vigo. «É o nunca visto. Batimos récords e seguimos crecendo», presumió el regidor en el escenario de Porta do Sol poco antes de comenzar la escenificación de las últimas horas de los franceses en la ciudad, dirigida por María Torres y conducida por Carlos Veleiro. Un episodio que puso a Vigo en el mapa de Europa al ser la primera urbe que expulsó a los soldados de Napoleón de una plaza ya conquistada y le sirvió para que el rey Fernando VII le otorgase en 1810 el título de fiel, leal y valerosa, adjetivos que llevan los vecinos en su ADN y se demostraron en la obra de teatro, que se prolongó más de hora y media. El tiempo soleado y la enorme profesionalidad con la que siempre recuerdan la hazaña del año 1809 los actores y actrices animaron a multitud de vecinos y visitantes a presenciar la expulsión de los galos en sus tres puntos clave, repletos de personas: Porta do Sol, el cruce de Carral con Gamboa y el Náutico. Antes y después, disfrutaron de los puestos del mercado: de crepes o filloas —dependiendo del bando en el que se situasen en el episodio histórico—, choripán, tortilla, cerveza, sangría o tartas, pero también bisutería, bolsos, objetos de decoración o ilustraciones. Fueron tres días de fiesta, bailes, reencuentros y alegría en los que la ciudad respiró tradición y homenajeó a los héroes y heroínas de Vigo y comarca, que protegieron sus tierras con la ayuda de los capitanes Cachamuíña (Ourense) y Almeida (Portugal): defendieron con fuerza, valentía y mucha inteligencia lo que era suyo. «Todos e todas unidos seguimos labrando a nosa liberdade», recordó el alcalde antes de destacar que la Reconquista es «unha festa marabillosa». «A romería urbana máis importante do mundo», presumió, a la vez que puso en valor la «razón, forza e valor» del pueblo que, hace más de 200 años, protagonizó uno de los episodios más gloriosos de la historia de esta ciudad. «Iso é Vigo, iso é a Reconquista», apostilló. Veleiro ensalzó la gran evolución de esta celebración tan propia de la urbe: al principio, según indicó, la hacían posible solo «máis de 30 veciños» a los que se les llamaba «tolos». «Cuspíannos desde as ventás e iso converteuse nisto», dijo. La Asociación Veciñal e Cultural Casco Vello de Vigo nombró miliciano de honra a Félix da Rosa Cazorla, «unha figura moi importante da Reconquista». «Marcou esta festa como só el pode facelo», argumentó la entidad antes de recibir en el escenario de Porta do Sol al homenajeado, que juró el cargo con la rondilla hincada: prometió «non desamparar nin deixar de defender a Vigo», así como «protexer e difundir a historia da Reconquista e a memoria dos seus protagonistas». «Non me esperaba nada disto. Voltei despois de moitos anos. Isto hai que vivilo. Viva Vigo!», entonó. Este título ya lo lucen con orgullo María Torres y el actor gaditano Alex O’Dogherty. Fue poco después del nombramiento cuando comenzó la representación en Porta do Sol de las escenas en la taberna de Juana Rial, donde fueron asesinados tres vecinos de Vigo, muertes que desencadenaron la rebelión de un pueblo indignado contra el ejército de Napoleón, guiado por el comandante Chalot. Aurora, el abad de Valladares, Carolo, Cachamuíña, la milicia, Almeida, el coronel Pablo Morillo o el alcalde Vázquez Varela se armaron de osadía para expulsarlo —fue realmente un 28 de marzo, en el marco de la guerra de la Independencia española, y lo lograron tras permanecer los galos en Vigo desde el 31 de enero; contaron con ayuda británica—. Durante este pasado fin de semana largo —gracias al festivo del viernes—, Vigo disfrutó de una celebración que va a más cada año tanto en implicación vecinal como en afluencia. Según reconocieron los representantes de los sectores económicos, los negocios de restauración, los hoteles —en torno al 90% de ocupación de sábado para domingo, según las primeras estimaciones—, el comercio o los taxis incrementaron sus facturaciones, por lo que la Reconquista se consolida como un evento clave en el camino hacia la desestacionalización de las actividades turísticas. Las próximas citas: Semana Santa —del 13 al 20 de abril— y verano, cuyo éxito dependerá en gran medida de la meteorología. Afectados por el proyecto del nuevo trazado de la A-52 entre Vigo y Porriño recorrieron el Paseo de Alfonso, Elduayen y Porta do Sol para mostrar su desacuerdo con el plan del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, apoyado por el Concello. Lo hicieron encabezados por una pancarta en la que se leía «A-52 non, AP-9 libre» y con cruces, tambores, un ataúd negro y carteles de «Se vende Bembrive. 400.000.000 €», en alusión al coste aproximado que se anunció para esta actuación.