Baliño exprime el bum asiático de la hidroeléctrica y se lanzará a África

La empresa negocia su primer megacontrato en el continente para equipar con tecnología viguesa una central próxima al lago Tanganica

Nuevas firmas en Vietnam

Parte de las turbinas fabricadas por la empresa viguesa para la central de Chau Thon.

Parte de las turbinas fabricadas por la empresa viguesa para la central de Chau Thon. / FdV

Vigo

Desde sus inicios en la España de los años 90 hasta su expansión a mercados internacionales tan diversos como cambiantes. La empresa viguesa Baliño, perteneciente al Grupo Emenasa, se ha consolidado como toda una referente en el diseño y la ejecución de proyectos «water to wire» para centrales hidroeléctricas a nivel internacional. Equivalente al concepto «llave en mano», el término comprende el suministro de todo el equipamiento necesario para aprovechar el flujo de agua de los ríos y convertir su movimiento en energía que se vierta a la red; desde las turbinas y las válvulas hasta los generadores, pasando por los sistemas de control. Es una de las dos líneas de trabajo de la compañía que preside José García Costas —especialista además en el diseño y la fabricación de mecanismos de propulsión para el sector naval—, y el potencial de su know-how ya está presente en 300 centrales de 20 países.

Con la mirada puesta en nuevos horizontes, la firma prepara ahora su desembarco en África, donde todavía no tiene presencia en este nicho. Baliño está ultimando su primer megacontrato en el continente, concerniente a una obra que involucra a unas instalaciones de 15 megavatios que si nada falla aprovisionará. Será en Burundi, un pequeño país en el corazón de la región central, ubicado al sur de Uganda. La construcción se situará en un curso fluvial que desemboca en el gigantesco lago Tanganica y promete ser un desafío técnico de gran envergadura. Aunque aún está en proceso de negociación, la firma confía en que la misma pueda cerrarse este año.

«Queremos poner una pica allí y abrir un nuevo mercado», destaca en declaraciones a FARO el responsable del área de energía de Baliño, Manuel Solla, que explica que se trataría de uno de los proyectos más importantes de la empresa viguesa en el campo de las centrales hidroeléctricas por las oportunidades que puede traer consigo a la hora de seguir creciendo. El 2024 ha sonreído a la compañía, que concluyó el ejercicio «con buenos resultados» y rebosó carga de trabajo. «Fue positivo, con el 100% de la capacidad ocupada», matiza Solla. Y no enfría su optimismo para 2025 a pesar de la incertidumbre económica por las tensiones geopolíticas.

Chau Thon y Dak Robaye

Para dar con las raíces del idilio entre Baliño y las centrales hidroeléctricas hay retroceder 35 años, cuando la firma empezó a fabricar sus primeros equipamientos para el creciente mercado que acogía España. Durante más de una década fue uno de los actores principales en el desarrollo de las infraestructuras energéticas del país, pero a partir del 2000 el mercado nacional comienza a estancarse, lo que obliga a la industria a mirar hacia el exterior.

Central de Dak Robaye, también equipada por Baliño. |  FdV

Central de Dak Robaye, también equipada por Baliño. | FdV

En el caso de la empresa viguesa, la primera parada fue Escandinavia, donde ya tenía huella. Allí Baliño fortaleció una alianza con un socio estratégico que le permitió mantenerse en activo con varios proyectos en países como Noruega y Suecia. Posteriormente dio el salto a Latinoamérica, con proyectos significativos en países como Panamá, Ecuador, Colombia, El Salvador y Costa Rica, aprovechando el auge del sector. Con un nuevo descenso de la actividad, la compañía vuelve a reinventarse. El foco se desplaza entonces al sudeste asiático, donde el potencial de expansión todavía no ha cesado.

El primer gran contrato en Asia llega en Vietnam en 2018, marcando un hito para la compañía. El proyecto de Chau Thon, ubicado en una remota zona selvática, consistió en la instalación de una estación de 36 megavatios —la más grande jamás ejecutada por Baliño— que, a pesar de las complicaciones derivadas de las difíciles condiciones climáticas y geográficas, remató con éxito y entró en operación el año pasado. «La obra fue afectada por los monzones, pero al final lo conseguimos. El cliente quedó muy satisfecho y ya cuenta con nosotros para su segundo proyecto», destaca Solla. Valorado en un importe similar al primero —seis millones de euros—, arrancará el año que viene. Entremedias, la firma ejecutó otro proyecto en el país asiático por tres millones de euros con otro cliente que se desarrolló entre 2020 y 2023, la central de Dak Robaye, y está negociando su cuarto contrato de suministro para dos más.

En cuanto a España, la actividad de la empresa viguesa ha recuperado fuerza con la renovación de antiguas minicentrales hidroeléctricas, un segmento que ha emergido gracias al impulso del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. A ello se suman distintos proyectos de nuevas construcciones como el que ya ha abordado en Huesca o el está llevando a cabo en estos momentos en Granada, con el objetivo de «elevar al máximo la eficiencia y la producción de energía renovable, de forma sostenible y eficiente».

Tracking Pixel Contents