La veterana jugadora estradense Raquel Miguens hizo historia el pasado fin de semana tras conseguir su título número 18 de campeona gallega absoluta de bádminton. A punto de cumplir los 38 –lo hará el próximo domingo– se confirma así como la jugadora con más títulos autonómicos, superando los 17 que tienen su excompañero Rafa Vázquez y Aída Carballal, ambos ya retirados. Sin embargo, el título logrado por Miguens en el pabellón Coto Ferreiro tiene un significado especial para la jugadora del Club Bádminton A Estrada, ya que es el primero que presencia su hija, a quien dio a luz solo 27 días antes. «Mis amigas me dicen que estoy loca», admite Raquel Miguens al hablar del campeonato gallego que disputó el pasado fin de semana en casa en el pabellón Coto Ferreiro. «Es cierto que no es normal volver a competir en un torneo así después de tan poco tiempo pero en este caso creo se juntaron muchas cosas para poder hacerlo. Es un caso raro», añade. Una de esas cosas fue que, a pesar de su embarazo, Raquel Miguens nunca dejó de hacer deporte. El bádminton estaba desaconsejado durante el embarazo pero no sucedía lo mismo con el pádel ni con el gimnasio. Así, Miguens nunca dejó de acudir dos o tres veces a ejercitarse al gimnasio y siguió jugando partidos de pádel, el último de ellos con 38 semanas de embarazo. «El día 22 estaba jugando un partido de pádel y el día 2 di a luz». Eso le permitió seguir manteniendo un buen tono físico y también controlar el peso que ganó, ya que solo fueron seis kilos desde que se quedó embarazada hasta que dio a luz. Eso hizo que, cuando llegó a casa de vuelta tras dar a luz a Allegra, su peso era el mismo que antes de su embarazo. «El seguir haciendo deporte fue algo que me ayudó a controlar el peso pero también influyó el hecho de que yo venía de una época complicada, con el tumor que tuve. En ese momento estaba por encima de mi peso, con unos 78 kilos e iba bajando poco a poco. Ahora mismo, un mes después de dar a luz, peso 74 kilos», explica. A pesar de ese deporte y ese peso controlado, Miguens sabía que el campeonato gallego estaba demasiado cerca del nacimiento, así que veían complicada su participación. Sin embargo, el buen parto que tuvo le permitió recuperarse rápido y la animó la realizar una prueba a nivel físico. Así, siete días después de dar a luz, la estradense fue a «dar unos toques» con su marido. «Físicamente me encontré bien y todavía estaba dentro de plazo, así que me animé», recuerda. Lo siguiente fue buscar parejas, ya que su intención era participar en las dos competiciones de dobles, el mixto y el femenino, para evitar la exigencia física del individual. En dobles mixto formó pareja con Jacobo Fernández, con quien terminó llevándose la victoria. «Es un crack, dentro y fuera de la pista», afirmó Miguens, quien le dio las gracias por prestarse a jugar con ella sin pensárselo. «Gracias por tirar de mí todo el día, por tener siempre una sonrisa aún cuando hubo momentos que la cosa no pintaba bien, y sobretodo gracias por ir a por ello con todo», explicó. En el dobles femenino su compañera fue Carmen Carro, consiguiendo la tercera plaza «sin haber jugado nunca juntas y dándole guerrilla a las posteriormente campeonas». «Todos alucinaban al verme allí», afirma. «Al final fueron diez meses sin tocar una pluma pero eso es algo que supongo que nunca se pierde. Al nivel físico creo que aguanté bien en el mixto pero sufrí en el dobles», resume. Ese esfuerzo extra en su recuperación le ha permitido llegar a tiempo para conseguir un título por el que llevaba tiempo luchando. «Es algo que tenía entre ceja y ceja. Quería llegar al título 18. Pensaba intentarlo el año que viene pero no tuve que esperar. Es una satisfacción porque llevaba varios años quedándome muy cerca, perdiendo en las finales», manifestó. «Se dice fácil, pero hay que ser constante y estar ahí para conseguirlos, son muchos años de dedicación, entrenos y mucho esfuerzo». En el momento recoger su trofeo, la estradense lo hizo con la pequeña Allegra en su brazos. Fue un bonito momento para todo el Bádminton A Estrada.