La noche que cambia el paso

Como cada último fin de semana de marzo, en la madrugada de hoy para domingo toca adelantar los relojes para adaptarse al horario de verano. El aumento de horas de sol conlleva cambios en los hábitos y ritmos de vida de los vecinos, aunque también supone un hándicap para el sector del ocio nocturno.

El relol del consistorio de A Estrada.

El relol del consistorio de A Estrada.

A Estrada

Como ocurre cada último fin de semana de marzo, en la madrugada del sábado para el domingo toca adelantar una hora los relojes para adaptarse al horario de verano. Este cambio, que además en esta ocasión llega acompañado del tiempo primaveral, marca el inicio de una nueva etapa, en la que las calles vuelven a inflarse de vida incluso al final de la tarde, aprovechando que hay más horas de luz. En general, se trata de una buena noticia, ya que el poder realizar más actividades en exterior suele llevar aparejado una mejora en el estado de ánimo, como confirma la psicóloga estradense Rita Ramos. Sin embargo, en la propia jornada en la que se produce la modificación, también existe algún que otro hándicap.

En el ocio nocturno

Uno de los sectores que se ve afectado por el cambio de hora en primavera es el del ocio nocturno. Al adelantar el reloj, la noche se acorta artificialmente y, con ello, los negocios dedicados a la hostelería y el entretenimiento ven reducida una hora de actividad. En discotecas, bares y pubs, esta reducción se traduce en una disminución de ingresos, ya que la facturación de la última hora suele ser una de las más rentables.

En este sentido, algunas administraciones locales, responsables de regular los horarios de cierre, contemplan excepciones en ocasiones de este tipo. En municipios como Lalín, el gobierno local ha indicado que se debe respetar la normativa vigente, aunque reconocen que permiten cierta flexibilidad en estas «ocasiones puntuales, que generan cierta confusión». Esto se traduce en un margen de media hora para que los establecimientos puedan cerrar sin prisas. Sin embargo, en A Estrada, el Concello ha optado por no pronunciarse al respecto, dejando en el aire si habrá alguna concesión para los empresarios del sector.

Impacto en la vida cotidiana

Más allá del impacto económico, el cambio de hora también altera la rutina de muchas personas. Quienes realizan actividades al aire libre, como el deporte, pueden beneficiarse de más horas de luz por la tarde, lo que facilita la práctica de ejercicio después del trabajo. Sin embargo, en el sector agrícola, el adelanto horario puede generar complicaciones. Las tareas de labranza dependen en gran medida de los ritmos naturales, por lo que modificar artificialmente la hora supone un reajuste en las rutinas de los trabajadores del campo, que pueden ver alterados sus tiempos de descanso y organización del día a día.

Del mismo modo, el comercio también se beneficia del horario de verano y el buen tiempo, ya que suele generarse mayor ambiente en las calles comerciales y por lo tanto, crecen las posibilidades de aumentar la clientela. A este respecto, el presidente de las Asociación de Comerciantes de A Estrada (ACOE), Alfredo González, comparte: «Viene bien porque porque para el cierre hay una hora más de luz, pero para los negocios que trabajan en almacén puede ser perjudicial». «A nivel ambiente, se nota más en verano», dice.

Efectos en el estado de ánimo

Con todo, y según explica la psicólogo estradense Rita Ramos, los efectos más evidentes de este cambio horario se producen en el estado de ánimo. Una afirmación a la que llega no solo basándose en el respaldo científico, sino también en su propia experiencia empírica. «Durante la primavera y el verano tenemos menos consultas, la gente necesita menos nuestra ayuda por varios factores, entre los que estaría mayor tiempo de descanso y desconexión gracias a las vacaciones, y la posibilidad de realizar más actividades al aire libre gracias a disponer de más horas de luz natural y a las mejores condiciones meteorológicas», señala la facultativa.

«Hay dos cuestiones que están directamente relacionadas con el cambio horario y que afectan al bienestar de las personas. Una es la exposición al sol, que ayuda a producir más Vitamida D y por lo tanto a segregar más serotonina, que influye positivamente en el estado de ánimo. Otro es el ciclo circadiano, que regula nuestras horas de sueño y descanso. Según este, el cuerpo se adapta a las horas de luz, por lo que si es de noche nos pide acostarnos y si es de día, se adapta produciendo más energía. Por ello, cuando en otoño los días se acortan nos encontramos más cansados y apáticos», explica Ramos.

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