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El Celta se complica la vida en Ferrol

Las célticas caen ante un Baxi que rompió el partido demasiado pronto gracias al acierto en el tiro exterior | A dos jornadas para el final de la Liga, la situación sigue siendo crítica

Samson, del Celta Femxa Zorka, intenta taponar a Mataix en el partido de ayer. |  Frederick Ortiz

Samson, del Celta Femxa Zorka, intenta taponar a Mataix en el partido de ayer. | Frederick Ortiz

Raúl Rodríguez

Vigo

72 BAXI FERROL: Pospisilova (11), Mataix (12), Millán (11), Meliá (4), Joiner (16) -cinco inicial- Sánchez (4), Mestres (3), Djiu (10), Baldonedo (1) y Davis (0).

65 CELTA FEMXA ZORKA: Haidara (19), Tadic (14), Samson_(11), Cooper (0), Dornstauder (10) -cinco inicial- Alnatas (0), Rodríguez (0), Gutierrez (5), Vidal (4) y Sila (2).

PARCIALES: 28-15, 13-16, 17-13 y 14-21.

El Celta Femxa Zorka se ha complicado el final de temporada con la derrota de ayer tarde en Ferrol. Las viguesas ya no dependen de sí mismas para lograr la permanencia y están obligadas a ganarle la semana que viene en Navia al Osés y, dando por hecho que la última jornada juega en Valencia, necesita por lo tanto que IDK o Araski pierdan sus dos partidos.

El partido de ayer fue una copia de los muchos encuentros que tuvieron un guión más o menos similar a lo largo de la temporada. El problema de ayer, es que las viguesas tardaron muchos minutos en darse cuenta de lo mucho que se jugaban en este partido.

En el arranque de partido faltó intensidad, tensión y, sobre todo capacidad de reacción. Cierto es que Baxi Ferrol parecía tocado por una varita mágica, con tres triples en las cuatro primeras acciones del partido. Cantero tardó dos minutos en solicitar su primer tiempo muerto tras un 8-0 de salida de las ferrolanas.

El minuto no sirvió de nada. Ya que el Celta Femxa Zorka no fue capaz de reaccionar al acierto en el tiro exterior de las ferrolanas, que mediado el cuarto ganaban por 23-5 tras seis triples. El Baxi bajó un poco la intensidad de su juego, ya que no olvidemos que el miércoles jugó competición europea. Lo hizo en ataque, pero en defensa siguió presionando, consiguiendo que las viguesas perdieran numerosas balones, con lo que la diferencia al final del cuarto quedaba en diez puntos. Por cierto, un primer tiempo en donde el Celta Femxa Zorka tan solo hizo dos faltas personales.

Tocaba remontada, y para el equipo céltico eso es un problema en esta temporada. Defensivamente el equipo intentó apretar un poco más, y es con tan solo dos faltas personales en un cuarto es muy complicado plantarle cara al rival. Ofensivamente las cosas no estaban mejor. La mejor opción para el equipo vigués era la de meter balones dentro de la zona, y que Quin Dornstauder resolviera. La canadiense anotó seis puntos de forma consecutiva en la recta final del segundo cuarto, que colocó a las viguesas a seis puntos.

Era un momento importante del partido, porque era la primera vez que el Celta se acercaba tanto en el marcador y había que aprovechar el bajón en el juego del Baxi. Pero todo fue un sueño, ya que en un minuto el Baxi consiguió volver a los diez puntos de ventaja, solicitando Cristina Cantero un tiempo muerto para intentar llegar al tiempo de descanso con una desventaja por debajo de los diez puntos.

El paso por los vestuarios tampoco le sirvió al conjunto vigués para rehacerse y mostrar una nueva imagen. Y eso que el cuarto comenzó con una canasta de Dornstauder. Pero es que el equipo volvió a entrar en una sequía anotadora, desperdiciando los cinco primeros minutos del cuarto, en donde encajaron un parcial de 8-0. Ferrol se había colocado con catorce puntos de ventaja y tenía el partido totalmente controlado.

El Celta Femxa Zorka estaba totalmente desaparecido. Las jugadoras parecían bloqueadas, sobre todo en ataque, en donde se pudo ver algún que otro gesto de alguna compañera haciéndole a otra un gesto de hacia donde tenía que seguir el sistema.

Los últimos diez minutos de juego se iniciaron con catorce puntos de desventaja, y la sensación de que el partido estaba totalmente resuelto. Ferrol no acusó, ni lo más mínimo, el esfuerzo de la final de la Eurocup, aunque también ayudó el buen ambiente que se vivía en A Malata, y el tener el partido totalmente controlado.

Los últimos diez minutos de juego fueron una continuidad de lo que había pasado en los tres cuartos anteriores. Ahora, pensar en el partido del sábado en Navia, el último de la temporada en casa y en el que la victoria es innegociable.

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