La siniestralidad de la glorieta de acceso al centro urbano de Gondomar vuelve a la agenda política local. Hace cuatro años que el gobierno municipal demandó a la Xunta, sin éxito, una solución ante la cantidad de accidentes que registra este punto que considera negro. El alcalde, Paco Ferreira, reitera ahora la necesidad de reformar la rotonda y así se lo trasladó ayer a la conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, María Martínez Allegue, en una reunión que mantuvieron en Vigo. «É urxente remodelar esta intersección na que conflúen dúas estradas de titularidade autonómica —la PO-340 que une A Ramallosa con Tui y la PO-331 entre Gondomar y Porriño— porque aí temos moitos atropelos e moitas colisións por alcance», incidió el regidor, además de hacer hincapié en las dificultades que se les plantean a los conductores de camiones y autobuses para girar debido a la falta de espacio. Ferreira propuso una actuación conjunta entre el departamento autonómico el Ayuntamiento de Gondomar y recordó que su gobierno ya dispone de un proyecto, que rechazó en marzo de 2021 la entonces Consellería de Infraestruturas e Vivenda al considerar que «empeoraría la seguridad vial» en la zona. No obstante, el alcalde espera que ahora sí atienda la Xunta sus demandas para que» Gondomar conte cunha intersección segura».