La comisión de las fiestas del Carmen y del Rosario de Vilaxoán pone fin a su etapa a la espera de un relevo

La directiva presidida por Lola Couso abandona la organización de estos eventos debido a razones personales y agotamiento

Componentes de la comisión saliente ayer en Vilaxoán.

Componentes de la comisión saliente ayer en Vilaxoán. / Noé Parga

Vilagarcía

La celebración de las tradicionales fiestas de la Virgen del Carmen y del Rosario en Vilaxoán es, a día de hoy, una incógnita. La comisión organizadora ha anunciado su disolución debido a circunstancias personales y la suma del desgaste que produce la responsabilidad de soportar el peso de los actos a todos los niveles.

El grupo presidido por Lola Couso asumió la organización de las fiestas en 2018 con seis componentes. Actualmente son cinco mujeres las integrantes del colectivo encargado de reunir el presupuesto, realizar toda la burocracia administrativa, coordinar todos los actos y negociar con los grupos contratados. Charo Couso, Sandra Miguéns, Ángeles Pérez y Andrea Ríos, completan el equipo de trabajo.

Lola Couso no duda en reconocer que «muy a nuestro pesar, nos vemos obligadas a tener que disolver la comisión. Ahora mismo, por circunstancias personales, no disponemos del tiempo necesario para dedicarle a la organización de las fiestas y, en contra de nuestra voluntad, nos es imposible seguir adelante».

La actual comisión reconoce la imposibilidad de poder dedicarle tanto tiempo a las fiestas.

La actual comisión reconoce la imposibilidad de poder dedicarle tanto tiempo a las fiestas. / Noé Parga

Un presupuesto superior a los 80.000 euros

A la espera de que aparezca un relevo para que los significativos eventos de julio y octubre se puedan llevar a cabo, las referencias de los últimos años en cuanto al presupuesto necesario están por encima de los 80.000 euros cada año. Apunta Couso que «estábamos empleando sobre 42.000 euros por cada una de las dos fiestas». Un montante que se lograba reunir gracias a la recaudación de donaciones puerta por puerta: «Pedíamos por todos los lados. Desde casas particulares a comercios y empresas. No solo por Vilaxoán, sino por muchos otros sitios. Algunos negocios nos donaban regalos con los que podíamos hacer una tómbola para poder recaudar a base de sorteos».

Un trabajo que requería de muchas horas con la única satisfacción de hacer un bien por el mantenimiento de las tradiciones. Ahora, las celebraciones de las dos fiestas más importantes están en el alero, a la espera de un relevo.

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