La Capitanía Marítima de Vilagarcía, cuyos cometidos van desde la ordenación de la navegación hasta la seguridad marítima, pasando por la prevención, la lucha contra la contaminación del medio marino y asuntos generales de todo tipo, incluidos los expedientes sancionadores, hace balance del trabajo realizado el año pasado. Un balance trágico, ya que tuvo que dirigir 67 situaciones o episodios de emergencia, entre ellos un evento tan dramático como el hundimiento del buque auxiliar de acuicultura «Hermanos Rey». Ocurrió el 12 de diciembre, y en el mismo perdió la vida José Rey Domínguez, un septuagenario de O Grove que se encontraba en el barco junto a su hija y su yerno mientras trabajaban en las bateas de Meloxo. Aunque no fue la única emergencia mediáticamente destacada en la ría, ya que también en 2024 se vivió el episodio de contaminación medioambiental derivado de la pérdida de pelets en el buque «Toconao». Esto en cuanto a situaciones de emergencia, siendo ésta solo una pequeña parte del trabajo diario que realizan en los distritos marítimos de Ribeira, Caramiñal, Cambados y O Grove el capitán marítimo, Juan Andrés Pérez, y todo su equipo. A los acciones citadas hay que sumar, por ejemplo, la inspección de 664 buques, 18 de los cuales eran extranjeros, «para garantizar que cumplían con las normas de seguridad establecidas». Así lo destacan desde el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, donde también hacen hincapié en que «se llevaron a cabo 4.799 despachos de buques, principalmente pesqueros, y se tramitaron 9.916 enroles y desenroles de tripulación». A lo que hay que sumar el trabajo realizado desde la entrada en vigor de «las normas locales de seguridad marítima, revisadas para incorporar la singularidad del entorno de Guidoiros y Rúa». Al igual que las nuevas competencias derivadas de la «regulación del funcionamiento de las embarcaciones que se dedican a la recolección de la mejilla». Al hablar de asuntos como estos, vinculados a la pesca, el marisqueo y la acuicultura, hay que aludir a loe 81 expedientes sancionadores abiertos a embarcaciones durante el pasado ejercicio, lo que supone 22 expedientes menos que un año antes. En relación con esto, la Dirección General de la Marina Mercante confirma que buena parte de los expedientes sancionadores se abrieron a embarcaciones de recreo, ya fuera porque quienes estaban a bordo carecían de titulación para gobernarlas o bien porque no tenían seguro o el material de seguridad reglamentario. Fue por todo ello que Capitanía tramitó en 2024 un total de 126 denuncias –105 menos que un año antes– interpuestas por la Guardia Civil del Mar y y relacionadas, precisamente, con infracciones contra la seguridad marítima y por contaminación del medio marino. Destacan desde el Ministerio de Transportes que, a grandes rasgos, puede decirse que la reducción de infracciones «está relacionada con un mayor control». Pero también es cierto, y así lo reconoce ese mismo órgano, que a causa de la crisis del sector marisquero se ha producido un descenso de la actividad pesquera y marisquera en la ría de Arousa, lo cual propicia que las infracciones sean menos.